La escalada inflacionaria argentina ya no es una novedad. Si bien la cifra de 2019, un impactante 53,8% (récord en 28 años desde 1991, tiempos de salida de la hiperinflación de finales de la década del 80), el aumento de precios es una constante en los últimos años.

Si bien en el período reciente, en especial desde los estallidos cambiarios de 2018, lo que más aumentó fueron productos de la canasta básica como alimentos, bebidas y lácteos, que afectan más a quienes menos tienen, aquellos productos no considerados “esenciales” por el Indec, también se incrementaron considerablemente a lo largo de la década.

Según un relevamiento del portal InfoNegocios, especializado en finanzas, estos productos que exceden a lo que se conoce como “canasta básica”, (fueron denominados “caprichitos” o “lujazos”) tuvieron una inflación de mucho más que el doble que la media.

El aumento general de precios desde 2012 a 2019 (lapso medido) fue, en promedio, de 287%, mientras que la de los “lujos” (entre ellos se incluye el kilo de salmón rosado o cápsulas de Nescafé), vieron subir sus valores un 720%.

Fuente: InfoNegocios.

Puntualmente esos dos productos mencionaros aumentaron más del 1000% en el período evaluado. Otros como el Fernet «Branca» de 1 litro, el kilo de lomo de ternera o el pack de 4 afeitadoras «Gilette Mach3 Turbo», subieron más del 700%.

Fuente: InfoNegocios.

En el reporte se menciona un análisis de Víctor Palpacelli, presidente Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba (Casac), quien sostuvo que “el posicionamiento de algunas marcas les permite poner de moda ciertos productos que hace que la demanda aumente. Esto le permite a las empresas mantener un determinado nivel de precio”.