Grandes empresas argentinas sufrieron caídas de hasta 46% en los ingresos durante el último año, afectadas por la reducción del consumo, el aumento de tarifas y la disparada en los tipos de interés, según un informe privado.

«El tamaño de la crisis poco a poco fue alcanzando a las grandes empresas. Muchas de ellas continúan teniendo una parte mayoritaria de sus clientes en el mercado doméstico», reveló un estudio del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

En un informe sobre la descapitalizazión del sector privado, el equipo de economistas de la universidad analizó la situación de las principales empresas argentinas, en términos de producción, rentabilidad y evolución patrimonial.

Entre las ocho empresas que más redujeron sus ingresos ordinarios en términos reales se encuentran sectores productores de alimentos, cementeras y vinculadas a la electrónica.

Según el informe, el listado lo encabezó Cresud con una caída del 46%, seguida por Mastellone, 35%; Arcor, 33%; Transener, 32%; Molinos Río de la Plata, 28% y Loma Negra, 27%.

El estudio indicó que las grandes empresas «no escapan a la caída de la demanda interna, al aumento de tarifas y de la tasa de interés».

«Las grandes empresas alimenticias prácticamente no vieron crecer sus ventas en términos nominales: Molinos Río de la Plata tuvo un resultado negativo que alcanzó $1,2 mil millones; Mastellone un resultado de $1,3 mil millones; y Arcor pasó a números rojos en 2018 con un resultado integral negativo en unos $1,8 mil millones», aseguró el estudio de los profesionales de la UNDAV.

Sobre la base de un relevamiento de los estados contables para el período 2017 y 2018 de 29 grandes compañías nacionales que cotizan en la bolsa local, se extrajo que un 48% vieron caer sus ingresos, ya sea por ventas de bienes o servicios en 2018 con respecto al año anterior, esto es 1 de cada 5 empresas.

Además, el porcentaje de empresas con resultados negativos después de impuestos subió del 7% en 2017 al 21% en 2018, es decir, se triplicó, y el 52% empeoró su resultado final en relación al año anterior.

«El achicamiento del mercado doméstico y la caída de la demanda han sido los motores principales de este desempeño», evaluaron desde la Universidad de Avellaneda.

El Merval, en tanto, se desplomó 63,4% entre enero y agosto: una de las caídas más bruscas en la última década, semejante en magnitud a la ocurrida en 2008/2009, en plena crisis financiera internacional y conflicto con las patronales agropecuarias a nivel interno.

«La descapitalización no se produce como un hecho aislado o aleatorio ni es producto único del contexto internacional adverso, sino que responde a la acumulación de desequilibrios macroeconómicos que tornaron inevitable el colapso económico argentino observado a lo largo de 2018 y que no tiene fecha de salida hasta el momento», analizó el documento universitario.

Desde enero del 2018 hasta abril de este año, 14 de las 16 acciones cotizantes en la bolsa local relevadas cayeron por encima del 50% en dólares corrientes y en algunos casos del 70% como en el caso de Mirgor y solamente Tenaris e YPF bajaron 21% y 40,9% respectivamente.

Lo mismo ocurrió con los ADR de las empresas argentinas en la bolsa de Nueva York ya que 13 de las 18 empresas presentadas tuvieron caídas también superiores al 50%; el Banco Supervielle presenta la mayor caída con más del 80%.