Por Aldo Battisacco

La Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad Residentes Chinos de la República Argentina (Casrech) anunció que en las próximas fiestas la canasta navideña tendrá un aumento del 35%. Los quiosqueros recibieron listas de precios con incrementos que oscilan entre el 14% y 18%. Las panaderías justificaron subas de sus productos por el precio de la harina. La carne fue otro producto que encareció la mesa de los argentinos, sin contar otros artículos necesarios para el hogar.

No podemos dejar de lado los incremento de las pre-pagas, juguetes, muebles, ropa y medicamentos.

Para advertirnos del peligro que representa que la economía se encuentre en pocas manos, un informe del Indec, reveló que las empresas extranjeras mandan en la Argentina. Entre las 500 mayores compañías del país –medidas por el valor de producción que generan–, sólo 176 son de capitales nativos. El resto son extranjeras.

Este selecto grupo explica el 22% del PBI y el 79,3% del valor bruto de producción.

Cierto es que más allá de los anuncios que realicen distintas cámaras, y de la especulación que caracteriza la actividad comercial, la Argentina arrastra una endémia que se agudizó los últimos 20 años. Algunos especialistas de la economía señalan a los formadores de precios como los responsables de la inflación y de la apropiación de los excedentes.

Es muy común, que entre los actores que componen este grupo, acuerden no invertir, sosteniendo una baja producción y aumentando las ganancias. Y otros que comercializan esos productos.

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Poniendo negro sobre blanco, se trata de una alta concentración económica en sectores clave del proceso productivo que genera una puja distributiva que favorece a los actores más fuertes en perjuicio de los más débiles, quienes son expropiados del excedente financiero.

Hay sectores mayoritarios de la sociedad que están atravesados por la necesidad de consumir rubros de primera necesidad que radican en pocas manos.  Esta ventaja de los monopolios u oligopolios ( mercado dominado por un pequeño número de vendedores o prestadores de servicio) les permite excluir de la competencia a otras empresas.

Asi, cuando estos actores sufren alguna modificación impacta de lleno en toda la cadena de valores. Entre la trampas que son proclibes a urdir están los acuerdos con otras empresas que ocupan una posición dominante en el mercado con el objeto de no invertir y sostener una menor producción, incrementar el costo de los productos obteniendo de esta forma, mayores ganancias, pero sin riesgo.

La mecánica se basa en imponer valores que no tienen que ver con los costos por producir, la especulación le permite extraer del bolsillo de los trabajadores el dinero que en oportunidades le es «reconocido» en la recomposición de salarios que le permite la negociación paritaria.

Así, el drenaje de los sectores populares se vuelve a producir detrás de la cantilena de verse forzados a actualizar los precios para hacer posible el pago de salarios y la «merma de ganancias».

Es oportuno agregar, que no solo la falta de inversión golpea sobre los trabajadores, sino también las remesas de dinero que giran a casas matrices, por falta de un adecuado marco regulatorio que ponga freno a la «transfusión» de riquezas.

De esta manera, la Mano Invisible, metáfora empleada por el economista inglés Adam Smith con la que expresó la capacidad autorreguladora del libre mercado, se convirtió en la mano del latrocinio que consumió a los sectores más vulnerables de la comunidad.

Las grandes cadenas de hipermercados, son parte de esos grupos, y poseen una fuerte capacidad de incidir en los precios. Privilegio que radica en constituirse en el último eslabón de la cadena comercial, con el consecuente impacto sobre los consumidores .

Los supermercados  Jumbo, Disco, Supervea, y Easy,  constituyen Cencosud, en tanto que Norte y Día, Carrefour además de Coto dan sentido a la alta concentración que caracteriza al sector.

Los empresarios chinos subrayan que «le han quitado una porción muy importante del mercado a los híper y están actuando como reguladores de precios».

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Sin embargo, el director ejecutivo de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas en la República Argentina, Miguel Calvete, expresó que «algunos artículos subieron en promedio un 28 por ciento, y otros más de un 35 por ciento», entre otros la mayonesa y otros aderezos tienen precios más altos ahora de un 25 por ciento, mientras que kilo de pollo avanzó cerca de un 37 por ciento.

Calvete además sostuvo que «en bebidas espumantes, sidras y vinos se encontraron subas que van del 19 al 38 por ciento, según marcas, presentación y calidades, y en el caso de frutas secas, garrapiñadas, turrones, confites, también se observaron aumentos que promedian del 23 al 41 por ciento».

Por su lado, el presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco) sostiene que los mercaditos chinos resultaron ser competencia para las grandes cadenas. «Los grandes mercados llegaron a centralizar el 60% de la venta de alimentos, hoy es del 40%». Otro dato de la realidad es que los hipermercados fueron denunciados por extorsionar a sus proveedores para que los abastezcan a menor costo y pagar con plazos extendidos.

Para otro sectores de venta minorista, las listas recibidas registraron subas en  bebidas espumantes, sidras y vinos, los incrementos, van del 19 al 38 por ciento, según marcas, presentación y calidades, y en el caso de frutas secas, garrapiñadas, turrones, confites, se observaron aumentos que promedian del 23 al 41 por ciento».

También se pudo leer recientemente: «Desde las primeras semanas de octubre de 2015 y en lo que va de noviembre está aumentando fuertemente el precio del ganado en pie (casi 14% en 6 semanas). Aún no se produjo (al menos hasta la primera semana de noviembre) un traslado de precios al público, aunque muy probablemente impacte en lo que resta de noviembre», señaló el economista jefe de la Fundación FIEL, Juan Luis Bour.

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Un estudio realizado por un equipo de economistas dio cuenta que pequeño gupo de 200 empresas se quedó con el 31,6% del PBI en 1997, 51,3% en 2005 y 56,1% en 2007. Lo que ha cambiado en estos años fue solo la titularidad de los establecimientos, la tendencia marca que el camino recorrido fue la fusión y una fuerte concentración, que en forma privilegiada atenaza el bolsillo de los argentinos condicionando su calidad de vida.

Por lo expuesto, sería oportuno apelar a la memoria y a la historia, para interrogarnos sobre cuantas veces vimos esta película. No son tiempos blandos para el mundo. Menos blando es para los trabajadores, toda vez que los sectores aludidos en el presente trabajo irrumpen insolentemente en el escenario político y social.

Es oportuno preguntarse si la especulación se funda en argumentos racionales, o tratan de extorsionar al Gobierno saliente, y condicionar el arribo del Presidente electo (como sucedió con el golpe financiero a Raúl Alfonsín y la Alianza. O los sufridos por el actual gobierno en enero de 2014). El recaudo está tomado, hacer un colchón con el argumento de recuperarse de la inflación hoy y mañana será actualizar precios frente a un proceso devaluatorio que podría llegar y que tambíén fue anunciado.

Puede que este razonamiento resulte discutible, pero más discutible es que los egoísmos puedan ser tan responsables como para repercutir en beneficio de la comunidad. La restauración conservadora recorre el mundo y siempre abre la puerta detrás de las consignas del libre mercado y en la proporción que la anorexia ideólogica y de valores lo permita.

Existen pocas cosas que no puedan ser definidas desde el idioma, como términos para expresarlas, así, la condición de «degenerado social» sería oportunó incorporarla al manual de clasificación de enfermedades no transmisibles, pero que mata.