Sobre llovido mojado. Luego de un año magro para la economía argentina, por errores y factores internos pero también con algo de viento en contra del exterior (luego revertido por el cuantioso salvataje del FMI), las predicciones para la las finanzas globales en 2019 no son alentadoras.

Este lunes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) publicó un informe que ratifica las señales que indican una ralentización de las principales economías del mundo en el futuro cercano.

Estos datos corroboran las muestras de estancamiento anticipadas en diciembre, tanto en el conjunto de la zona euro como en América latina, temor que había golpeado a las principales bolsas de valores mundiales semanas atrás cuando Apple redujo sus estimaciones de ganancias para este año, en medio de los primeros “amagues” de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

En América latina, Chile perdió 12 centésimas, pero pese a todo quedó por encima de la media de largo plazo(100,31 puntos), mientras que Brasil bajó 7 centésimas hasta 102,07 puntos. Cabe recordar que pese a la insistencia del gobierno de Mauricio Macri desde su asunción, Argentina aún no fue aceptada en la Ocde, por lo cual no figura en las estimaciones.

Peligroso péndulo: recesión y elecciones

En el mismo sentido, según la consultora privada PwC, la economía global registrará una desaceleración en 2019, con una reducción del desempleo en las economías avanzadas, y la Argentina estará condicionada por el control de la inflación.

A nivel global, PwC prevé «que la economía global en general se desacelere en 2019, a medida que los países del G7 regresen a las tasas de crecimiento promedio en el largo plazo».

«Se espera que el repunte en el crecimiento de las principales economías observadas entre finales de 2016 y principios de 2018, haya finalizado», indicó el informe.

“En Argentina, la estabilidad macrofinanciera alcanzada en los últimos meses se logró a partir de una combinación de medidas de política monetaria muy restrictivas, que difícilmente puedan ser sostenidas por un período muy largo», indicó el economista jefe de PwC, José Segura.

Agregó que «la clave para poder equilibrar las variables financieras en niveles más compatibles con el crecimiento de la economía, es que la inflación comience a bajar significativamente en los próximos meses”.

En su opinión «2019 inicia como un año con mayores incertidumbres que las que se podían esperar al comienzo de 2018; a lo que se sumará rápidamente los ruidos propios de un año electoral y un contexto internacional crecientemente más volátil».

No obstante señaló que «es probable que la recuperación del campo, el empuje de sectores vinculados a la energía, y otros vinculados a la economía brasileña (en crecimiento, en particular su sector industrial que demanda bienes argentinos) contribuyan a revertir en cierta medida la caída de la actividad».

Para Estados Unidos prevé una moderación en el crecimiento de 2,8% registrado en 2018 a 2,3% este año.

También se ralentizará el crecimiento en China por el impacto de los «aranceles estadounidenses y la necesidad de controlar los niveles de deuda».

«Se espera que el ajuste continúe en los mercados laborales de las economías avanzadas, y que el desempleo siga cayendo incluso si la creación de empleo disminuye» agregó.