Por Esteban Guida

Evidentemente, el supuesto de que la inflación era una de las tareas más fáciles que tendría la administración de Cambiemos en su recorrido presidencial quedó totalmente desterrado. El resultado de los tres primeros años de gestión demuestra el fallido del gobierno en un tema no menor que afecta transversalmente a toda la comunidad. Para peor, las expectativas inflacionarias para este último año de gestión continúan su camino ascendente y el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) difundido por el BCRA da cuenta de ello.

A principios de este año, el pronóstico anual presentado por el REM-BCRA se ubicó en 29%. Tres meses después, tal previsión fue revisada y escaló a 36 puntos. Es que entre enero y febrero, las expectativas inflacionarias ya aumentaron 7 puntos porcentuales, y las causas que explican este aumento siguen activas y empujando la suba de precios en los próximos meses.

En el primer trimestre del año el tipo de cambio aumentó alrededor de un 15% con respecto a diciembre pasado. En tres meses, la divisa saltó de 38 pesos por dólar a 43 pesos. Este movimiento cambiario generó una presión inflacionaria sobre aquellos productos y servicios que se compran en el exterior, aquellos bienes transables o, bien, aquellos bienes y/o servicios que tienen algún factor de producción importado.

Los ya anunciados aumentos en los cuadros tarifarios de los servicios básicos y de los combustibles también fogonean la presión inflacionaria ya que la estructura de costos se ve sensiblemente afectada.

Sin dudas, los anuncios no resultan inocuos en el armado de los pronósticos inflacionarios que hablan de aumento anual de precios superior al 35%, más allá del optimismo del Fondo Monetario Internacional que pronostica una inflación cercana al 31%.

A pesar del freno en la emisión de dinero y el desplome en el consumo, los precios continúan en alza. Transcurrido un cuarto del año, los precios ya acumulan casi la mitad de los 23 puntos que se previeron en el Presupuesto Nacional.

Indudablemente, esta situación permite dilucidar que la inflación no es solo un fenómeno monetario como sostuvieron los principales referentes del oficialismo. El aumento sostenido y generalizado del nivel general de precios responde más bien a un fenómeno multicausal. Tal como se mencionó previamente, un conjunto de factores vigorizan su imparable crecimiento.

Por tal motivo, y sin pasar que es un año electoral, desde el Gobierno Nacional se plantean relanzar el programa “Precios Cuidados” para congelar por un tiempo determinado el precio de ciertos bienes pertenecientes a la canasta básica. Ante la imparable suba inflacionaria, el objetivo central sería bajar la presión sobre los precios de los bienes más básicos para la sociedad. Aunque todavía no se cuenta con información certera sobre el tema, se sabe que esta medida es totalmente secundaria y está alejada de los objetivos centrales de la política económica del gobierno, los cuales se ajustan estrechamente a las pretensiones del FMI que vela por mantener la dependencia del país a las apetencias de los grupos financieros de poder a escala global.

Por lo que fue criticado este plan cuando fue lanzado por la gestión anterior, este remake de “Precios Cuidados” parece más un manotazo de ahogado, que una medida que pretende provocar el efecto esperado. Un gobierno que se jactaba de tener “el mejor equipo de los últimos 50 años” y catalogado como de “empresarios exitosos” por muchos argentinos inocentes o cómplices, sigue complicando el funcionamiento de la economía, y haciendo de la Argentina un país cada vez menos vivible.

fundacion@pueblosdelsur.org