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Por Facundo Díaz D’Alessandro

La gestión de Mauricio Macri transita por sus meses finales (al menos de su primer mandato, ya que competirá por una reelección que a la vista de los resultados de las primarias aparece complicada) y el registro negativo de la mayoría de las variables macroeconómicas grafica bastante lo que ha sido el desempeño del Gobierno, al menos en esa faceta.

Uno de los indicadores más castigados fue sin duda el salario, lo que según no pocos analistas tanto políticos como financieros explica en gran medida la performance electoral de Juntos por el Cambio en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso).

En un país altamente inflacionario, la manera más sencilla de comparar la actualidad salarial en términos reales es compararla con el tipo de cambio del dólar.

Precisamente, un gráfico animado del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala, muy difundido en los últimos días en redes sociales, muestra esa evolución, comparandola también con el aumento generalizado de precios.

En el inicio (período que corresponde al principio de Gobierno, en diciembre de 2015) se advierte una relativa tranquilidad, por lo que las tres variables comienzan en valores parecidos. Con movimientos más bien sutiles, esto se mantiene hasta el lapso que va de mayo a agosto de 2018, momento en que episódicamente el dólar se dispara en más de 100 puntos básicos respecto a los salarios.

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Esa trayectoria se profundiza en el bimestre de septiembre – octubre de ese mismo año, cuando la diferencia con los salarios llega a casi 300 puntos, ya que la distancia respecto a los precios se mantiene en alrededor de la mitad en la comparativa con los salarios.

La otra gran subida se da en los meses de abril y mayo del actual año, cuando la diferencia se agranda aún más. El último período analizado, agosto de 2019, presenta una pronunciada distancia entre los precios, los salarios y el valor del dólar, luego de debacle financiera posterior a las elecciones primarias.

Así, el gráfico resume que entre diciembre 2015 y agosto 2019, la caída del salario real fue de 18% y la caída del salario en dólares fue de 47%.

Hipótesis del error

El gráfico fue elaborado por el El Instituto de Trabajo y Economía (ITE), perteneciente a la Fundación Germán Abdala, autodefinida como un “espacio de análisis de la evolución de la economía argentina desde una perspectiva heterodoxa, con la mirada puesta en los intereses de los trabajadores y en el desarrollo del país”.

Desde el mismo, además, en el informe de coyuntura mensual relativo al mes de agosto, ponderan la responsabilidad del Gobierno en ese “lunes negro”, aunque en realidad duró más de una jornada, ya que desde el oficialismo buscaron desligarse de lo acontecido atribuyéndolo a la incertidumbre aparentemente derivada del proceso eleccionario.

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“El gobierno de Cambiemos cosechó en apenas una jornada el haber sembrado una campaña del miedo durante los meses que precedieron a las Paso. La estrategia electoral de presentar al candidato opositor Alberto Fernández como un referente anti-mercado llevó a la profecía
autocumplida de un nuevo salto cambiario que, paradójicamente, terminó prácticamente sepultando las chaces electorales del oficialismo”, esbozaron desde el ITE.

Y ahondaron: “Estas circunstancias habilitaron el debate respecto de qué pudo haber hecho el BCRA el lunes 12 de agosto para evitar una devaluación de más de $10 (+22,8%), que vino acompañada de una caída sin precedentes de los activos argentinos. El riesgo país saltó hasta alrededor de 2.000 puntos básicos, mientras que en el mismo día de la devaluación el Merval cayó en una sola jornada un -37,9%, uno de los retrocesos más estrepitosos de las últimas décadas”.

En ese sentido, de cara a lo que depara el corto plazo siempre imperante de una crisis, en el informe coyuntural de la Fundación Germán Abdala se advierte sobre el riesgo de una nueva corrida, la capacidad de respuesta del Gobierno y lo extremadamente incierto del escenario que podría generarse ante ese rebrote cambiario.

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“El principal problema del gobierno en el corto plazo sigue siendo cambiario. Dado que las actuales autoridades no cuentan con las herramientas para afrontar una corrida de elevada intensidad y duración sin comprometer los próximos cuatro años de mandato, la única salida disponible es controlar sus fundamentos, que son básicamente de carácter político. Para llevar la economía a buen puerto, es indispensable una administración inteligente y coordinada de esta transición”, advirtieron.