El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, reclamó este sábado que se avance con «prácticas profesionalizantes que vinculan educación y trabajo» y destacó que sería «tremendamente beneficioso» para aprovechar la «capacidad de multiplicación de empleo directo e indirecto» de la industria.

Funes de Rioja, – también titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), – advirtió que «hay un alto índice de deserción, de gente que no busca trabajo directamente», por lo que pidió avanzar con las prácticas laborales.

«No se pueden comparar las pasantías de los 90 con las prácticas profesionalizantes de hoy, que vinculan educación y trabajo», aclaró el referente sectorial.

«La industria tiene potencialidad, una capacidad de multiplicación de empleo directo e indirecto», por lo que ese tipo de iniciativas «sería tremendamente beneficioso», señaló el titular de la UIA en diálogo con Aire de Campo, programa conducido por Luciano Fondado en Radio Rivadavia.

«No concebimos industria sin producción más empleo», aseguró Funes de Rioja, quien se quejó de que «los costos laborales no salariales son un problema».

Sobre la vinculación entre la educación y el trabajo

Cabe destacar que la resolución 379/20 del Consejo Federal de Educación se refiere, tanto a la educación como a la práctica de lo aprendido en contextos de trabajo y en donde se desarrolla una serie de proyectos para ser aplicados en el trabajo a partir de la enseñanza, a lo que se le suma la diversidad de modalidades surgidas a raíz del aislamiento sanitario por la circulación de la pandemia del coronavirus.

“La misma definición de prácticas profesionalizantes destaca el traspaso progresivo de la responsabilidad y gestión del aprendizaje de los docentes a los estudiantes y la participación de actores diversos en su realización”, define, a grandes rasgos, la resolución del CFE publicada a fines de 2020.

En tal sentido, el presidente de la UIA afirmó que todos deben «enfocarse en la cuestión de la inflación y la estabilidad macroeconómica como un objetivo central, pero no sólo como un objetivo estratégico económico para que haya previsibilidad para la inversión, sino también para que haya acceso al consumo y reglas de juego para los sectores de menores ingresos de la población».

Y agregó: «Tiene que haber políticas estables, no para los próximos dos años de gobierno, sino para 10 o 20 años y que le dan al inversor un horizonte».

Finalmente, Funes de Rioja se refirió a la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI): «Tiene que haber un acuerdo con los acreedores externos porque necesitamos estabilidad de mercados para acceder a la compra de tecnología, porque la industria evoluciona permanentemente».