La siembra del trigo en el centro y norte de la provincia de Santa Fe avanzó esta semana hasta cubrir el 90% de la superficie estimada y la gran mayoría de los lotes ya implantados muestran un estado de bueno a muy bueno, con algunos excelentes.

Así lo precisó el informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, que indicó que hasta la fecha se han sembrado 405.000 hectáreas sobre un total estimado de 450.000, lo que representa un aumento de entre el 18% y el 20% respecto de la campaña precedente.

«Un 98% de los cultivares de trigo se encontraron en estado bueno a muy bueno, con algunos lotes excelentes, muy bien nacidos, con un adecuado y óptimo stand de plantas por unidad de superficie, un vigor aceptable de los ejemplares y en pleno desarrollo vegetativo», explica el trabajo.

Además, señala que, a medida que las condiciones climáticas lo posibilitaron, continuó la aplicación de fertilizantes, de acuerdo a la etapa fenológica en que se encontraba cada trigal.

En cuanto a la cosecha de algodón, la humedad ambiente provocó que el proceso fuera lento, ya que después de las lluvias de los últimos días la recolección se paralizó totalmente.

Hasta el momento, en el sector algodonero oeste se ha cosechado el 95% de los lotes, en tanto en la zona este el avance llegó al 76%.

Los datos sobre rindes en este cultivo muestran mínimos de entre 1.000 y 1.100 kilogramos por hectárea y máximos de entre 1.700 y 1.800 kilos, con algunas parcelas que llegaron a los 2.500 y rendimientos puntuales en el sector oeste de hasta 4.000.

También fue escaso el progreso de la cosecha de maíz tardío o de segunda debido a los elevados porcentajes de humedad registrados, con una trilla que llega al 11% en lo que va de la campaña y apenas un punto por encima de lo informado la semana pasada.

Los rendimientos promedio obtenidos oscilaron desde mínimos de entre 7 y 9 quintales por cada hectárea, máximos de 21 a 22 quintales y algunos sembradíos puntuales que alcanzaron entre 30 y 45.

Los valores fueron muy heterogéneos, siempre en relación con los montos de las precipitaciones acumulados, y fueron los maizales sembrados en primera instancia los que obtuvieron mejores resultados.