Por Aldo Battisacco – Conclusión Buenos Aires

El preacuerdo de la administración de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ingresó al Congreso el viernes de la semana pasada luego de que las negociaciones maratónicas entre las partes den lugar a la validación y vigencia del mismo, con la muñeca política del oficialismo que deberá terciar con el bloque del Frente para la Victoria y una parte de la bancada opositora. Los primeros indicios aparecerán este lunes cuando se inicie la primera reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en Diputados.

Los legisladores esperan que Guzmán llegue acompañado por el jefe de Gabinete, Juan Mancar y el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, para empezar a defender cada punto de las 139 páginas que contiene el «Memorándum de Entendimiento Técnico y de Políticas Públicas y Financiamiento» que ingresó el viernes a la Cámara de Diputados.

Sin embargo, las primeras declaraciones de la oposición prometen que se tratará de un debate duro. En diálogo con Conclusión, el presidente del bloque Consenso Federal, Alejandro «Topo» Rodríguez expresó que «quedan dudas y es importante que los funcionarios puedan evacuar dudas».

“Este es un proyecto al que no se le puede tocar ni un punto, ni una coma, por ejemplo, el gobierno nacional propone en el acuerdo con el FMI que recompondrá las reservas netas del país en 15 mil millones de dólares en 3 años», y agregó «la verdad es que hay supuestos muy fuerte detrás de esto, que el precio de la soja se mantenga por encima de los 600 dólares y el valor del petróleo», precisó.

«Estamos en una etapa de trabajo, y luego con la definición de estos y otros puntos decidiremos», señaló Rodríguez, al tiempo que agregó «como esto fue elaborado por el gobierno con mucho rigor técnico que les llevo dos años y dos meses espero que nos den el tiempo para precisarlo».

El ministro de Economía, adelantó el plan de Facilidades Extendidas, que queda deberá ser refrendado por el Congreso para que después pueda ser analizado y aprobado por el directorio del FMI para que recién después entrar en vigencia.

Se trata de un plan de refinanciamiento de la deuda a 10 años, con 4 años de gracia, en los que el país recibirá desembolsos del FMI para afrontar los vencimientos de la deuda de 45.000 millones de dólares tomados por Mauricio Macri en 2018.