La debacle del consumo derivada de la caída del poder adquisitivo, sumada al elevadísimo nivel de las tasas de interés que paralizan la actividad, generan un deterioro en prácticamente todas las ramas industriales y el polo electrónico de Tierra del Fuego, piedra basal de la producción de esa provincia, se encuentra en jaque.

Las firmas del entramado fueguino acumulan stock y empiezan a utilizar mecanismos como la suspensión de personal y el parate virtual y momentáneo de plantas para intentar mitigar la dura coyuntura actual sin quebrar.

Tanto las ubicadas en Río Grande y Ushuaia, principales centros de la actividad de la región más austral del país, ya operan con una capacidad ociosa mayor al 40%, e incluso algunas compañías optaron por no activar su línea productiva en lo que va del año.

El temor de los industriales del rubro pasa porque no se observan signos de repunte, con un Banco Central cuya única obsesión parece la cotización del dólar, para lo cual mantiene tasas muy por encima del 60%, con lo cual el Gobierno parecería considerar a la recesión como un “mal menor”.

Con ese enfoque, la crisis de consumo y rentabilidad se agravaría sin un fin a la vista, por lo cual varios en el sector electrónico ya avizoran un 2019 magro, tras un ya muy bajoneado 2018 en términos rentables, con costos productivos altísimos (varios insumos de esta industria son importados, con precios en dólares).

Además de los conflictos derivados del actual escenario crítico en cuanto a lo económico y financiero, algunas decisiones de la administración Cambiemos afectaron especialmente al sector.

La eliminación de los impuestos al ingreso aduanero de productos electrónicos fue el ejemplo más destacado de esa intención de desactivar la producción local, desde 2017.

Si bien había muchas quejas respecto a los aranceles aduaneros, en un escenario de caída generalizada del empleo y la producción, esa quita beneficia a aquellos que pueden afrontar viajes al exterior (con un dólar “caro”) y adquisición de equipos informáticos de alta gama.

Informes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) señalan que en la sección Río Grande del sindicato hay 6 empresas que cerraron en el último tiempo, y alertan por una gran cantidad de empleos en riesgo en ese polo productivo, en distintas compañías (al menos tres más).