La importación de soja durante el año pasado superó las 6,6 millones de toneladas, una cifra récord, como consecuencia de la sequía que afectó amplias regiones del país y que obligó a fábricas locales a incrementar las compras externas para moler, según un estudio privado.

Realizado en base a datos oficiales, un reporte de la empresa Zeni da cuenta que por la sequía de la campaña agrícola 2017-2018 se perdieron 19 millones de toneladas en la cosecha de soja, que bajó de 54,1 millones de toneladas en el ciclo 2016-2017 a 35,1 millones de toneladas el año pasado.

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Para abastecer la capacidad instalada, las fábricas locales adquirieron más soja en el exterior para moler ante la caída de la producción y así las importaciones se triplicaron con respecto a 2017.

Con ese nivel de compras, la Argentina se transformó en el tercer importador de soja del mundo detrás de China y la Unión Europea.

Paraguay, como es habitual, aportó la mayor parte de la soja que compró la Argentina, pero también irrumpió en 2018 Estados Unidos como proveedor luego de dos décadas.

«El proveedor por excelencia fue Paraguay que, tras una campaña agronómicamente favorable, expandió su saldo exportable y mayormente fue canalizado hacia el territorio argentino. De todas formas, su participación se vio reducida al 62% de las compras totales (4,13 millones de toneladas), cuando habitualmente superaba cómodamente el 90% del total», indicó Zeni.

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De acuerdo con el informe, durante 2018 la importación de soja de Estados Unidos fue de 1,78 millones de toneladas, el 27% de las importaciones anuales, en su mayoría, 81% en el cuarto trimestre.

Brasil sólo aportó 620 mil toneladas y se convirtió en el tercer proveedor.