La fuga de dólares alcanzó en agosto los U$S 2.790 millones y roza cifras históricas. Es que con lo cosechado en dicho mes, el acumulado de 2018 llega a los U$S 22.817 millones, siendo el segundo mayor número de toda la historia y sólo superado por la crisis económica global del 2008, que es tan solo superior en U$S 281 millones con cuatro meses aún por delante.

Este dato, además, cobra especial interés tras la renuncia del presidente del Banco Central de la República Argentina, Luis Caputo, ya que una de las exigencias del FMI será que el país no use los dólares del préstamo en financiar esa fuga.

El insistente drenaje es generado a través de la Formación de Activos Externos (FAE) (lo que se conoce como fuga), pese a que la devaluación desaceleró la dinámica del rojo de cuenta corriente (que mide las transacciones por exportaciones e importaciones de servicios más los intereses de la deuda externa).

Las cifras publicadas ayer por el BCRA reflejaron una cuenta corriente con un negativo de u$s396 millones, para un mes que transcurrió casi entero con un dólar en torno a $30 y sobre el final pegó el salto abrupto hasta $40. Este número, sin embargo, es mucho menor que el de julio, donde el movimiento fue de U$S 1.156 millones (positivo de U$S 594 millones en la cuenta bienes y un rojo de U$S 689 millones servicios) y el ingreso primario, que suma a los intereses que va generando la deuda y a la remisión de utilidades de las trasnacionales, dio un negativo de U$S 317 millones.

Distintos economistas consideran que el dólar a un valor de $40 en lo que resta del año hará continuar con la fuga bien alta.