Por Ignacio Ferreiro

Una cuenta rápida muestra la magnitud del aumento tarifario: la facturación de Edenor aumentó 1319% en 4 años, mientras que la Edesur creció 807%.

Ojo: no hay que confundir facturación con ganancias. Facturación es un sinónimo de ingresos. A estos números habría que restarle los costos que tuvo cada empresa para ver cuánto crecieron las ganancias. Por desgracia, ese dato no fue publicado en el informe.

Además, hay que tener en cuenta la acción de la inflación, que genera un aumento en los montos de facturación sin necesariamente aumentar el valor real de esos números.

Sin embargo, la inflación anual siempre fue menor al crecimiento interanual de facturación. O sea, los ingresos de las distribuidoras fueron superiores a la inflación, al menos en los años en los que la comparación es válida (la inflación solo se publica desde abril de 2016, tras la salida de la emergencia estadística del INDEC).

En 2017, la inflación anual fue de 24,8% mientras que la facturación de Edenor aumentó un 86%. Eso quiere decir que los ingresos (no las ganancias) aumentaron un 49% en términos reales. Para Edesur, el aumento real fue de 10%.

En tanto, en 2018 la facturación de Edenor creció un 27% en términos reales y la de Edesur un 30%.

Para 2016, si tomamos la inflación informada por los legisladores (que había sido del 40,3%), el aumento real de la facturación ese año fue de 190% para Edenor y de 147% para Edesur.

Fuente: a24.com