Unos 900 trabajadores de la empresa Puma, que fabrica calzado deportivo, fueron suspendidos esta semana a raíz de la crítica situación por la que atraviesa esa compañía, ante la apertura de las importaciones y la caída de
sus ventas.

El secretario general del Sindicato de Trabajadores del Calzado, Agustín Amicone, explicó este martes que Puma «atraviesa una situación compleja, que derivó esta semana en el adelantamiento de vacaciones de su personal».

La empresa -de origen alemán- está radicada hace 36 años en la Argentina y posee tres plantas, todas en la provincia de La Rioja: ciudad capital, Sanagasta y Chamical.

En declaraciones a radio Del Plata, el sindicalista explicó: «el 90% de lo que fabrica en La Rioja es producción nacional. En cambio, sus competidoras (en el mercado nacional) solo ensamblan, es decir, todos los insumos que utilizan son importados, en especial de países asiáticos».

«En consecuencia, el costo de Puma es más alto y queda en desventaja para competir», advirtió Amicone, y añadió: «si a ésto le agregamos que las importaciones totales de calzado aumentaron 34% interanual y hay, a la vez, una gran restricción de compras, el combo es altamente explosivo».

«Por eso creemos que están en peligro las fuentes del trabajo del sector», alertó.