Por Lautaro Zeballos

Tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía argentina atraviesa un escenario ambivalente. Hay indicadores que exponen una recuperación heterogénea, pero otros muestran deudas internas de alto impacto social. Mientras el Producto Bruto Interno está por encima del registro del año 2019 y los salarios privados registrados crecieron levemente por arriba de la inflación en enero, el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) mantiene su retraso y todavía está más de 30 puntos detrás de los valores que arrojaba durante los gobiernos kirchneristas.

Los diferentes datos se desprenden de los últimos informes publicados por el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate) y el Centro de Economía Política (Cepa). Ambos trabajos, a su vez, están basados en estadísticas oficiales y dejan a la vista los desafíos de corto plazo que enfrenta el país.

La actualidad deviene de un pasado reciente atravesado por las oscilaciones externas e internas. El gobierno de Mauricio Macri entregó una inflación de 54% después de haber recibido una de 24 puntos porcentuales. El Frente de Todos logró desacelerarla hasta llegar a 36%, pero hace ocho meses que el índice interanual no baja de 50%.

Fuente: Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía

La inflación es multicausal. El actual gobierno no solo lo asume, sino que incluso logro que el FMI lo reconozca por escrito. Aun así, esta multicausalidad, lejos de funcionar como una guía de factores a atender o configurar una hoja de ruta, aparece en boca de los funcionarios nacionales como una evocación de los límites que -entienden- tienen para gestionar una estabilización de precios. «Milagros uno no hace», dijo el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, en una entrevista dada a Radio Con Vos en la última semana de marzo.

El informe de Mate lo dice con claridad: «se reconoce la multicausalidad de la inflación, pero no se la combate en sus múltiples frentes». Entre estos últimos, nombra las presiones cambiarias a través del dólar blue (frente especulativo/cambiario); el aumento internacional del precio de alimentos no compensado por políticas arancelarias internas (frente externo); y las empresas que quieren ganar más por cada unidad de producto vendido (frente distributivo).

«Está bueno señalar la multicausalidad, pero a la vez uno tiene que saber que con decir eso no resuelve nada. Lo que debe plantearse es que hay causas que generan inflación y otras que la diseminan y expanden hacia el resto de los sectores; incluso algunas que la potencian. Hay que saber diferenciar entre una y otra», detalló el investigador del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, Sergio Arelovich, en dialogo con Conclusión. En esta diferenciación, entre las causas generadoras -por nombrar algunas- están el aumento del precio de la energía o los combustibles, que actúan como locomotora para el conjunto de la economía.

La cita al secretario de Comercio Interior no es azarosa. El funcionario fue valorado por Arelovich en la conversación con este medio. Al ser consultado por las expectativas inflacionarias, el economista apuntó que es necesario implementar un conjunto de acciones coordinadas, «con una calidad que por ahora no se ve dentro del Gobierno nacional, salvo algunas cosas puntuales, como las que está haciendo la Secretaría de Comercio encabezada por Feletti».

«No queda otra alternativa que construir una serie de herramientas de contención del impacto de lo que esta ocurriendo en la economía internacional, pero a la vez discutir de qué modo intervenir en la puja distributiva a los efectos de que el incremento de inflación propio de la Argentina, más el que se arrastra fruto de la situación internacional, no agregue mayores grados de catástrofe a lo que ya tenemos», afirmó el investigador de Mate.

El Gobierno nacional tuvo el pasado martes una nueva oportunidad de construir esas herramientas de contención. Tuvo sentados en una misma mesa a la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Unión Industrial Argentina (UIA). Si se hace foco en la incidencia que viene teniendo el aumento del precio de los alimentos en la inflación general y el impacto social de dicho incremento, cabe señalar que en esa mesa también estuvo representada la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal). Daniel Funes de Rioja es quien la preside, a la vez que conduce la UIA.

Por el Ejecutivo nacional estuvieron los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Trabajo, Claudio Moroni; y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y la Jefa de Gabinete del Ministerio de Economía Melina Mallamace. Aun así el hombre que asumió el cargo tras la salida de Paula Español condensó las posiciones en pugna. El periodista Ariel Maciel del portal LetraP reconstruyó lo sucedido en ese encuentro y expuso la postura que llevó el grupo de empresarios encabezado por Funes de Rioja: más Guzmán y menos Feletti. El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, también marcó durante marzo preferencias a la hora de tratar con miembros del gabinete nacional y, luego de decir que el secretario de Comercio Interior «dice estupideces», planteó que el ministro de Agricultura, Julián «Domínguez no es agresivo» al momento de hablar con el sector.

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SALARIOS

A pesar de la expectativa puesta en un posible anuncio de aumento de salarios por decreto, la reunión del martes arrojó como saldo la posibilidad de abrir de manera anticipada la discusión de convenios salariales y la creación de una canasta alimentaria de primera necesidad compuesta por entre 50 y 60 productos.

Este jueves, Feletti reconoció en declaraciones a Radio Con Vos que «la suba de dos puntos de derechos de exportación a los subproductos de soja y el fideicomiso harinero serán medidas insuficientes para frenar el precio de los alimentos». Otra vez, la necesidad de actuar de manera coordinada para dar respuesta en los diferentes frentes, sino los salarios podrán ganar algunas batallas en la estadística, pero quedarán vencidos en la anunciada guerra contra la inflación.

Según el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, el salario bruto medio del sector privado creció por encima de la inflación en enero y le permitió recuperar algo de poder de compra contra el mismo mes del año anterior. De esta manera -siempre según el informe- estaría en el mismo nivel que tenía al asumir el Frente de Todos.

El caso de los salarios registrados del sector público fue medido por el Centro de Economía Política. En un relevamiento difundido el pasado 31 de marzo señala que el desempeño en el primer mes del año fue negativo y perdieron 1% en términos reales. Sin embargo, continúa casi 6% por encima del poder de compra que tenía en igual mes del 2021. Aun así, sigue 3,1% abajo respecto de diciembre de 2019.

En tanto, el salario de empleos no-registrado fue al que peor le fue en enero, ya que perdió 1,3% de su poder de compra. Este segmento -informó el Cepa-, viene siendo el más afectado en los últimos años: hoy se encuentra 6,6% real por debajo de enero de 2021 y 6,2% detrás de diciembre de 2019.

«A modo de conclusión, el saldo salarial real del primer mes del año fue neutral, pero con claras asimetrías. Los trabajadores registrados lograron compensar con un mayor poder de compra lo que perdieron los asalariados públicos y, en mayor medida, los no-registrados», cierra el relevamiento del Centro que integran Hernán Letcher y Julia Strada, entre otros.

Ante este escenario, la decisión de aumentar los salarios por decreto aparecería como una medida atomizada, salvo que integre un paquete de políticas que atienda también el frente externo y la cuestión distributiva. «No creo que un aumento por decreto ayude en esta circunstancia, ante la inexistencia de acuerdos salariales, porque además sería un precio muy importante de la economía (el salario), pero no es el único precio. Por lo tanto, una medida de esta naturaleza de ninguna manera puede tener el éxito que se pretende. Salvo que a la vez se encare un trabajo sobre el conjunto de los precios que afectan ni más ni menos que la canasta de consumo de quienes perciben ingresos de naturaleza salarial», opinó Arelovich en dialogo con este medio.

EL MÍNIMO INCUMPLE

El estudio de Mate también hace foco en el Salario Mínimo Vital y Móvil y sostiene que, con el incremento anunciado, el valor real mantendrá su actual nivel en 2022. Dicho valor -apuntan desde el Mirador- es todavía lejano al dejado por el gobierno de Cambiemos, y está casi 35 puntos por debajo del nivel de la política salarial y distributiva de los gobiernos kirchneristas.

En esa línea, el período 2003-2007 enseña que la recuperación del SMVM es un paso esencial para la recomposición de los ingresos de la población y para la reactivación de la economía interna.

Fuente: Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía

«El nivel del Salario Mínimo Vital y Móvil en términos inflacionarios permite afirmar hoy que el nuevo valor creado es del 68% de lo que había en diciembre de 2015. Con lo cual, cuando terminó el segundo gobierno de Cristina Kirchner, el valor era -supongamos- 100 y el actual es 68. Eso no solamente requiere recuperar lo que perdió respecto de 100, sino que además -visto desde un punto de vista absoluto- ese SMVM definido por el Consejo del Salario no le alcanza absolutamente a nadie», advirtió el citado investigador de Mate.

El Salario Mínimo Vital y Móvil es definido de manera tripartita por el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario, que cuenta con 16 integrantes titulares sindicales de la CGT, CTA y CTAA y 16 miembros empresarios de la Unión Industrial Argentina, Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio, la Asociación Empresaria Argentina, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y de las entidades rurales, gastronómicas, hoteleras y bancarias. El presidente de dicho Consejo es el ministro de Trabajo, Claudio Moroni.

Todos ellos, afirman desde el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, incumplen con el tercer inciso del artículo 135 de la Ley de Empleo (la Nº 24.013)  que exige aprobar una metodología que sirva de referencia para fijar los incrementos. Hoy todo surge de una mera negociación entre los presentes.

«El Consejo del Salario debería aprobar una metodología para calcular en cuanto debería ascender. No puede dejar de trabajar sobre esta metodología. Es una de las grandes deudas de todos estos años», completó Arelovich en dialogo con Conclusión.

EL INFORME COMPLETO DE MATE:

Informe de MATE – Marzo by Conclusión Diario Digital