Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires

El economista, Alejandro Marco del Pont, dialogó con Conclusión y apuntó a la consigna histórica creada por los acreedores para los deudores que “las deudas se pagan”. El docente de la Universidad de La Plata, expresó que existe un relato «admirablemente instalado por el sistema financiero, que caló hondo en las sociedades del tercer mundo», con el objetivo de instaurar el mandato inexorable que imponen los organismos de crédito internacional.

La ironía tal vez no reside en el cumplimiento que a titulo de sentencia calan en los espíritus de la dirigencia local, sino en el efecto que produce en los pueblos asumir compromisos en el que, sostiene del Pont: «no importan sus términos ni condiciones, tampoco lo descabellado o miserable de las propuestas de devolución, menos aún las penurias que deberán afrontar los que menos tienen, y sobre quienes habitualmente recae la mayor carga».

Del Pont, marcó que las deudas, por lo general, «son tomadas por gobiernos conservadores que, cuando formaban parte de la oposición eran férreos defensores del equilibrio presupuestario, de la responsabilidad fiscal, austeridad del gasto y del respeto de los compromisos asumidos.

Según Alejandro Marcó del Pont, ajustarse a mandatos en Argentina «forma parte de la batalla cultural, por lo tanto todo el mundo entiende que no importa cuales fueron la consecuencias, hay que responsabilizarse de los actos de los gobiernos anteriores».

Martín Guzmán

Y en la misma línea diferenció que «misteriosamente, cuando -los conservadores- forman parte del gobierno, contraen deudas impagables, brindan beneficios impositivos a sus socios, a ellos mismos, o simplemente al establishment, bajando aportes a los ricos, disminuyendo alícuota sobre patrimonio».

Todo ello, aunque las medidas adoptadas generen «desequilibrio en las cuentas públicas, incrementos en la deuda, que, en general, será afrontada por un gobierno progresista, como un relato lógico inscrito dentro de hacerse responsable de los compromisos asumidos».

Para luego aclarar que esta «es la lógica imperante antes de la pandemia». Y añadió que con el advenimiento del COVID-19 y el enorme aumento en el gasto público, engendrado por la depresión, «obligó a los principales gobiernos a proteger la oferta, empresas grandes y pequeñas, así como a conservar el empleo. Las estimaciones del FMI sugieren que el estímulo fiscal y monetario combinado, proporcionado por las economías avanzadas, ha sido equivalente al 20% del PBI».

El Banco Mundial sostiene que la pandemia de COVID-19 empujará a entre 88 millones y 115 millones de personas a la pobreza extrema este año, mientras que la cifra total llegará a los 150 millones para 2021

«Los países de ingresos medios del mundo en desarrollo han podido hacer menos, pero aun así lograron una respuesta combinada equivalente al 6 o 7% del PIB. Para los países más pobres, la intervención ha sido más modesta, del orden del 2% del PBI, lo que muestra la disparidad existente en la protección social de los países ricos y pobres. Estos últimos han dejado a sus economías mucho más vulnerables a una recesión prolongada, lo que podría llevar a millones de personas a la pobreza», consignó Marcó del Pont.

La salida de las potencias, y sus facilidades de emisión y generación de crédito con tasas bajas, no son las de los países endeudados y en vías de desarrollo con serios problemas para financiarse

 En tanto que explicó el economista, «muchos gobiernos del primer mundo recompraron deuda a través de sus bancos centrales, lo que permitió mantener tasas de interés muy bajas y avalar el endeudamiento estatal, permitiendo de esa manera una respuesta fiscal más alentadora y manteniendo la economía abierta. Lo cierto es que la deuda global llegó a 277 mil billones, algo así como 365% del PBI mundial, y según el  Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), la deuda estaría hoy rondando el 432% del PBI».

Christine Lagard – Mauricio Macri

«El mundo transitaba en velocidad crucero una economía que llevaría a una gran depresión», afirmó el especialista.

Mientras tanto, se produjo el primer encuentro entre funcionarios del Ministerio de Economía y del Fondo Monetario Internacional (FMI) y expertos de organismos multilaterales que comenzaron esta semana en Washington las reuniones formales para intentar avanzar en la firma de un acuerdo, luego que el FMI estuvo auditando hasta el 20 de noviembre las cuentas del país. Se prevé que el acuerdo recién podría cerrarse en el primer trimestre de 2021.

«Pareciera ser que las deudas solo se pueden sortear con nueva deuda», señaló el catedrático, al tiempo que advirtió que «el FMI impulsa que las deudas se paguen sin evaluar o auditar donde esta depositado el dinero que se debe, que refiere a la legitimidad de la deuda. Es decir, se tendría que mirar en que se invirtió ese dinero que está afuera, pero esto no se quiere discutir».

 

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