Por Guido Brunet y Manuel Parola 

La capacidad adquisitiva de los trabajadores formales tuvo un incremento por encima de la inflación según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) pero el sector informal estuvo muy por debajo del aumento del costo de vida. Si a eso se le suma la cantidad de personas que cayó en la pobreza, en la indigencia y en la incapacidad de poder poner un plato de comida sobre sus mesas.

En Rosario, la cantidad de personas que recorren la ciudad buscando algo que comer porque los bolsillos no le alcanzan sigue en aumento. Cáritas percibió un 30% de aumento en la demanda de viandas y porciones de comida, pero sostienen que el apoyo de las organizaciones es tan poco y tan desproporcionado el aumento de los recursos que se ve en serio peligro poder seguir satisfaciendo las necesidades de quienes menos tienen.

“Viene creciendo hace ya un tiempo la cantidad de gente, entre un 20 y un 30% desde el año pasado. Nosotros hace ya bastante tiempo que estamos acá, desde la pandemia. Nunca dejamos de brindar ayuda”, sostuvo Silvina, directora de Cáritas María Auxiliadora, en diálogo con Conclusión y agregó que «hoy estamos entregando arriba de las 350 raciones por día», mientras que el año pasado la organización entregaba 250 por día.

María Auxiliadora, al igual que el resto de las diócesis de Cáritas recibe ayuda en forma de recursos -financieros pero sobre todo materiales, como alimentos frescos, pollo, pan y verduras- por parte de Cáritas Nacional y Cáritas Diocesana, organismo que rige a las células territoriales. A su vez, el gobierno provincial inyecta recursos financieros a través del ministerio de Desarrollo Social y de la Billetera Santra Fe. No reciben absolutamente nada de la Municipalidad o del Estado Nacional.

La mayor cantidad de personas que asisten son varones en situación de calle con problemas de consumo, pero últimamente la novedad es la llegada de madres con niños pequeños y de personas mayores con domicilio cercano a la parroquia pero que no pueden sostener las cuatro comidas diarias.

«Siempre fueron hombres en general, hombres mayores, hombres solos, jóvenes atravesados por el consumo en muchos casos. Eso fue teniendo una modificación, hoy hay muchas mujeres en situación de calle, familias en situación de calle con niños, niñas y adolescentes», destacó Silvina y continuó: «Algo que nos estamos ocupando es la población de adultos mayores que no están en situación de calle, pero sí que en estado de vulnerabilidad porque no les alcanza la plata y vienen a buscar comida». Sólo durante el mes de abril, 300 personas se acercaron a buscar alimentos a Cáritas.

En las plazas

Diferentes organismos por fuera del área de influencia de las instituciones religiosas también llevan adelante tareas para poder sostener una ración de comida caliente para aquellas personas que no pueden completar las cuatro comidas. 

Si uno se acerca a la Plaza San Martín (Dorrego y Santa Fe) un martes después de las 18 podrá observar en pleno manos a la obra a los voluntarios de “Fuera de Sistema”.

“Fuerza de Sistema es una organización sin fines de lucro nacida en Buenos Aires con un grupo de amigos que empezó cocinando en una casa y llevando comida a quienes lo necesitaban”, contó a este diario María de la Paz Di Loreto, integrante de la ONG.

«Se nota el incremento de gente últimamente», detalló Esteban Sola, otro miembro del grupo. Aunque también aclaró que «por el tema del frío están viniendo menos personas». «Intentamos hablar con ellos también, escuchar su historia, por lo general quienes terminan en la calle lo hacen por problemas familiares», finalizó Sola.

La idea se trasladó a Rosario y en noviembre de 2022 un pequeño grupo comenzó con la actividad solidaria en la ciudad. Todos los martes reparten unas 50 viandas en la plaza frente a la sede de Gobernación. Además del plato de comida, la organización también entrega ropa a aquellos que se acercan con necesidad: «Tratamos de hacer guiso o sanguches, cosas que llenen a la gente que tiene que pasar la noche», comentó di Loreto.