Por Federico Bernal – Oetec*

En primer lugar, nos parece sumamente positivo que las empresas reclamen la infraestructura que no se hizo en los últimos cuatro años. Ahora, cabe preguntarse primero por qué no se hizo nada a pesar de haber heredado en 2015 una Vaca Muerta en expansión y con el fundamental aporte de YPF y su curva de aprendizaje que les sirvió a todas las productoras que vinieron después; y segundo, por qué no invirtieron en esa infraestructura las propias empresas cuando supuestamente tuvieron las tan famosas y requeridas señales de precios y tarifas (sinceramiento).

A esto, Antonio Pronsato, ex interventor del Enargas e integrante del Oetec, agrega: «Dicho eso, lo que no me parece es que, viendo que la infraestructura no está, pidan al Estado que se haga cargo, a costo hundido. Es decir, ¿por qué no construyeron el gasoducto que piden durante los tres años anteriores? ¿Por qué no empezaron con la planta de GNL en 2016 o 2017, anticipándose al boom del shale gas que tanto anunciaba y anticipaba Aranguren?».

Existen otras dos cuestiones que merecen destacarse. La primera: parece que la Argentina hidrocarburífera fuera solamente Vaca Muerta. Pero el país tiene más de una cuenca productiva y más de una provincia productora. De hecho, el abandono con Macri del convencional es alarmante y progresivo. El 80% del petróleo y 60% del gas es hoy por hoy convencional. Entonces, ¿qué hacemos con Tierra del Fuego, Chubut y Santa Cruz? ¿Y Mendoza y Río Negro más allá de Vaca Muerta? ¿Y Salta? ¿Las declaramos inviables?

Fuente: Oetec (elaborado en base a datos de la Secretaría de Energía. Tablas Dinámicas. Se profundiza el sesgo respecto de Vaca Muerta [Neuquén], ya que las cuencas Golfo San Jorge, Cuyana y Noroeste no detienen su caída desde 2015.

La segunda cuestión: en los reclamos de algunas empresas muy importantes no hay una sola propuesta de infraestructura para el mercado interno. Y la clave pasa precisamente por una combinación entre demanda interna, industrialización masiva del gas y exportación de gas y sobre todo de shale oil, siempre con diferentes precios y la cumplimentación de las leyes argentinas y el fallo de la Corte Suprema de Justicia de 2016. Es decir, precios y tarifas justas, razonables y asequibles.

El próximo gobierno debería trabajar en un contrato productivo, social e industrial en materia hidrocarburífera convocando a toda la cadena, a las 23 provincias y, por supuesto, incluyendo a los usuarios y consumidores. Vaca Muerta debería ser parte fundamental, pero no excluyente. Primero, porque el gas y el petróleo convencional, que son mayoritarios, se vienen abajo. Y que no digan que no hay más porque es mentira. Y segundo, porque las provincias productoras más allá de Neuquén, si es que las empresas no quieren invertir más en ellas, entonces deberán ser resarcidas económicamente mediante un Fondo Compensador.

En suma, y que consideramos medular, la cuestión no pasa por desarrollar Vaca Muerta, sino por desarrollar la República Argentina con sus 44 millones de compatriotas adentro. En ese desarrollo, por supuesto, Vaca Muerta está llamada a jugar un rol estratégico. Entonces, cuál de esos dos objetivos sea el superior determinará, por ejemplo, lo que se haga con shale gas: ¿La Argentina se desarrolla con el gas? Depende. Con los derivados del gas (su industrialización), sí; con la exportación de gas, no, por más que exportarlo también sea necesario.

*Director del Observatorio de la Energía, Tecnología, e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec). 

Fuente: oetec.org