Por Florencia Vizzi

El sueño de la casa propia es también la ilusión del hogar, la seguridad de tener el techo para cobijar a los hijos o la tranquilidad del espacio desde donde campear las tormentas venideras. Ese sueño, que hasta puede parecer simple o algo prosaico, se ha vuelto a través de los años  más y más inalcanzable y hoy, para muchos, se ha convertido en una auténtica pesadilla. Así lo están viviendo los tomadores de Créditos Hipotecarios UVA que en dos años vieron como esa ilusión, que se indexa al ritmo de la inflación, mutó en una cuota monstruosa casi imposible de pagar que los pone al borde de perder lo conseguido. 

«Saqué el crédito a mediados del 2017, para poder cambiar la casa. En ese momento pagaba una cuota de 5000 y ahora, un año y medio después estoy pagando una cuota que roza los 9000 pesos. Casi el doble», detalló a Conclusión  Diego González, uno de los tantos daminificados que integra el grupo Hipotecados Uva Santa Fe.

«El problema  de los UVA es que se indexa por la inflación. Entonces el año pasado se aplicó un 47,8%, que no tiene nada que ver con el incremento de nuestros salarios. Además, no se trata sólo de la cuota, que para muchos se ha vuelto inviable, sino que también se indexa el capital. Entonces, si yo saqué un crédito por 1.000.000 de pesos, hoy estoy debiendo 1.700.000. No importa la que uno haya pagado, la deuda se sigue incrementando».

Otro de los puntos de riesgo que preocupan sobremanera a los integrantes de Hipotecados Uva Santa Fe es la presión que se ejerce desde el gobierno y las mismas entidades bancarias para concretar lo que se denomina la «securitización» que es la transformación de los paquetes de deudas hipotecarias en un bono que se negociaría en los mercados. Así las hipotecas terminarán siendo vendidas y compradas por grandes estudios o compañías transnacionales» .

Los créditos UVA: un negocio redondo para los bancos

Los Créditos Hipotecarios UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) fueron, durante los primeros años de gestión del actual gobierno, un importante «caballito de batalla». Luego de desactivar el Pro.Cre.Ar (Programa de Crédito Argentino), los UVA se impulsaron con bombos y platillos como la nueva posibilidad de acceder a una vivienda propia pagando una cuota menor a la de un alquiler y, al menos en ese momento, menor también a la de los créditos hipotecarios tradicionales. Los beneficios estaban dados principalmente porque personas con sueldo muchos más bajos que los requeridos para acceder a un hipotecario podían hacerse acreedores de un UVA.

Pero el caballo de Troya escondido en esa oferta es que. mientras en un préstamo tradicional el riesgo de la inflación y la devaluación estaba del lado del banco, en los UVA es el tomador del mismo quien lo asume y le asegura a la entidad cobrar una rentabilidad real positiva (inflación más tasa de interés) por un préstamo a muy largo plazo.

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La indexación por inflación concentra la evolución de diferentes variables (salarios, dólar, valor del inmueble y especulaciones inmobiliarias) en  el tomador del préstamo. Y esa es la razón por la cual dese un principio los bancos salieron a ofrecerlos de forma tan entusiasta mientras se hablaba del «boom de los créditos hipotecarios».

Un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina en 2017 advertía los riesgos de los créditos UVA para el prestatario, haciendo énfasis en que no sólo se actualiza el monto de los intereses y las cuotas, sino también el capital adeudado. Esto representa “un seguro de inflación para los bancos a costa del tomador del préstamo”. Es un negocio muy rentable para los bancos: otorgar créditos hipotecarios de este tipo es una garantía de cobrar tasa de interés real positiva.

#QueremosPoderPagarNuestrasCasas

«Invertimos todos nuestros ahorros en este sueño, pero pronto, demasiado pronto, nos alcanzó la crisis económica que está atravesando el país. No somos inversores, no queremos tener que vender, sino que los créditos sean viables a lo largo de los años. #QueremosPoderPagarNuestrasCasas, no que nos regalen nada, sino simplemente que haya una lógica en los aumentos de las cuotas para poder pagarlas».

Así reza parte de la presentación del Facebook del grupo Hipotecados Uva Santa Fe, quienes desde hace varias semanas vienen haciendo diversas gestiones para poder encontrar una solución a su problema.

«El problema más grande y la indignación que tenemos es que nosotros no estamos pidiendo algo irracional. No queremos no pagar ni que nos licúen la deuda, sino que indexen los créditos con alguna variable que tenga razonabilidad», remarcó a Conclusión Diego Gonzalez. «Hay algunos proyectos para regular esto que están presentados en la Cámara de Diputados. Pero cayeron en la comisión de Hacienda que preside Eduardo Amadeo y los trabaron ahí», señaló Gonzalez. Y agregó: «Es lógico, cualquier reforma que hagan sobre este tema terminaría jugando en contra de la «securitización». Si cambian el contrato ya no podrán vender las hipotecas».

Según lo explican desde el grupo Hipotecados Uva, «son dos los proyectos: uno apunta a una bolsa común de índices para luego obtener un promedio y otro, presentado por la diputada Macha, que propone que los créditos se actualicen de acuerdo a los salarios»

González refirió que hay alrededor de 150.000 damnificados en todo el país y muchos ya están organizados. «Han surgido grupos en La Plata, Buenos Aires, Bahía Blanca… Aquí en Santa Fe hasta ahora somos alrededor de 90. Pero seguro que hay muchos más. Por eso estamos pidiendo que se difunda lo que nos pasa para que se sume más gente y podamos tener más fuerza».

Y recalcó: «Nosotros no queremos no pagar. Pero cuando la inflación se dispara a un 48% es inviable este sistema. Y si este año se va a un 40%, como algunos pronostican, esto es exponencial, porque ese 40% es sobre todo lo que se nos indexó hasta ahora, o sea es imposible de pagar. Vamos a terminar debiendo más de lo que valen las propiedades».

«Además-enfatizó- hay que entender lo que estamos viviendo. Porque esta crisis llevó a que mucha gente se quede sin trabajo». «Nos aumentaron los servicio, la obra social, la cuota de los colegios, los impuestos, los alimentos… entonces todo esto implica que hay gente que está realmente en problemas para poder cubrir la cuota».

La securitización y el círculo virtuoso

«Otro problema que nos preocupa y que es muy importante es que están tratando de avanzar con la ‘securitización’«, explicó González. «Esto quiere decir que el banco agarra el paquete de todas las hipotecas que tiene y se las vende a una compañía de seguros o grandes empresas o fondos de inversión, nacionales o transnacionales. Entonces, ahí le vamos a estar debiendo a una compañía extranjera y nuestra lucha se termina. Los bancos dicen que esto es un círculo virtuoso porque el banco tiene un capital disponible para prestar y luego de que este se agota, vende las hipotecas, se hace nuevamente de capital y sigue prestando», detalló.

La «securitización» es el siguiente paso sobre el que quieren avanzar los bancos y sectores financieros. Y lo que se quiere vender como un «círculo virtuoso» no es más que la otra cara de la doble jugada que se impulsa. Es decir, por un lado, las entidades bancarias lograron transferir el riesgo inflacionario a los tomadores de los créditos a través de la indexación, y por otra lado, trasladarían el riesgo de incobrabilidad a los inversores que adquieran los Fondos Comunes de Inversión.  Así, las entidades disminuirían el riesgo de incobrabilidad a largo plazo y mejorarían sus balances a corto plazo.

En rigor, se trata de transformar paquetes de deudas hipotecarias en bonos que se negocian en los mercados financieros. En ese sentido, el temor más fuerte que provoca la securitización es que esas hipotecas terminen siendo ejectuadas por compañías multinacionales como ocurrió durante la crisis de 2008 en Estados Unidos que aún está fresca en nuestra memoria.

«No se puede hacer eso en un país que tiene un 50% de inflación», remarca González. «No podes vender la hipoteca y sacarte el problema de encima. Y por si fuera poco, nos vienen a decir que «hicimos un gran negocio»  porque como aumentó el dólar en forma desmesurada nuestras propiedades en pesos valen más», se indignó. Y enfatizó: «Que quede claro, nosotros no compramos una vivienda única y familiar para hacer un negocio. La compramos para vivir y para tener una tranquilidad. Negocios hacen ellos».

El jaque de Ivan Kerr

Los deudores autoconvocados salieron a buscar alternativas. «Hicimos varias reuniones con distintos diputados. Hemos estado con Luis Contigiani y también nos recibió Agustín Rossi. Este fin de semana tuvimos una reunión que creo que es la más productiva hasta ahora, que fue con Lucila De Ponti, Eduardo Toniolli y Fernando Rossua, explicó Diego González.

Y detalló: «Armamos una mesa de trabajo, nos van a acompañar a la Secretaría del Consumidor y a Defensa del Consumidor a nivel nacional y municipal. Además, nos van a poner en contacto con abogados especializados en el tema y se comprometieron también a ponernos en contacto con legisladores y funcionarios del PRO, que son los que hasta ahora no nos han querido recibir».

En ese sentido, González consideró que las declaraciones del secretario de Vivienda de la Nación, Iván Kerr, en las que admitió que «la devaluación puso en jaque a los créditos UVA» es un paso que se consiguió gracias a la presión que vienen ejerciendo los deudores. «Al menos lo reconocieron. Hasta ahora nos venían diciendo que habíamos hecho un gran negocio». 

En ese contexto también recordó el anuncio que el año pasado hizo el presidente Mauricio Macri como una nueva medida para los deudores de créditos UVA y lo calificó de «engaño».

«El presidente dijo que si el diferencial entre el incremento del salario y de la inflación superaba el 10%, íbamos a poder extender el plazo de la hipoteca. En primer lugar eso no fue una nueva medida sino que ya estaba contemplado en los contratos de las hipotecas. En segundo lugar, esa disposición lo único que hace es agravar el problema. Por ejemplo, en mi caso, yo tengo un crédito a 30 años y lo podría extender la 37. O sea que la baja en la cuota va a ser cuanto mucho de 300 pesos y en dos meses voy a estar en la misma situación que ahora. Por eso, nosotros ya alertamos con una nota en nuestro Facebook a la gente avisándoles que no pidan la extensión».

Al cierre de la entrevista, Gonzalez sólo insistió en que lo único que quieren los deudores es pagar las cuotas de sus créditos pero con un sistema que las haga viables. Como dice en el Facebook de los autoconvocados: «buscamos opciones que nos permitan pagar para poder cumplir el sueño de la casa propia» .