El documento de la Came no puede ser tan lapidario, más de 120.000 despidos han provocado una fundamentada preocupación de Senadores y Diputados de la Nación que obliga a buscar alternativas para detener ese flagelo” así comienza el texto durísimo que La Confederación Argentina de la Mediana Empresa hizo público en su sitio web y que lleva la firma de su presidente Osvaldo Cornide.

Este jueves, representantes de las diferentes ramas sectoriales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) mantuvieron una reunión en el despacho del diputado Pablo Kosiner, presidente de la Comisión de Pequeñas y Medianas Empresas, en la que le manifestaron su alerta ante el proyecto de ley de declaración de Emergencia Pública en Materia Ocupacional.

También se entregaron peticiones en las que se solicita la exclusión de las Pymes de la medida a los diputados Alberto Roberti, presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo, y Luciano Laspina, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y a los senadores Juan Manuel Abal Medina, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y Daniel Lovera, presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social.

La situación de la mediana empresa, según sostienen, es critica. “Las empresas no pueden operar en una economía donde el Banco Central fija tasas de referencia del 38%. Las PYMES se están financiando al 70% anual o más, transfiriendo cotidianamente hacia el sistema financiero y especulativo una masa de recursos que deberían ir a la producción y al empleo” sostienen.

Y continuaron: “Hay empresas que no pueden resistir un ajuste tarifario brusco como el que se hizo. Entendemos que la energía es un recurso escaso y el ajuste era necesario, pero se hizo en forma brutal, sin gradualismo, dejando a muchísimas empresas mal paradas”.

Miremos la economía con seriedad y franqueza, dicen los empresarios, y desgranan:

Las empresas no pueden operar en una economía donde el Banco Central fija tasas de referencia del 38%. Las PYMES se están financiando al 70% anual o más, transfiriendo cotidianamente hacia el sistema financiero y especulativo una masa de recursos que deberían ir a la producción y al empleo.

Hay empresas que no pueden resistir un ajuste tarifario brusco como el que se hizo. Entendemos que la energía es un recurso escaso y el ajuste era necesario, pero se hizo en forma brutal, sin gradualismo, dejando a muchísimas empresas mal paradas.

No olvidemos que los empresarios enfrentan una presión fiscal inédita, que asfixia y desincentiva a todo.

Es importante remarcar que este sector ya pidió que no se otorgue una doble indemnización a los trabajadores, lo que se podría interpretar como un flagelo más para los asalariados.

“En esas condiciones, implementar la doble indemnización crearía niveles de conflictividad alarmantes para las PYMES, especialmente en las más pequeñas, que llevarían al cierre definitivo de muchas de ellas” explicaron.

“Lo urgente es reactivar la economía, y para eso hay que bajar las tasas de interés, implementar incentivos fiscales para impulsar la inversión y el empleo en las PYMES, y agilizar los procesos para mejorar la liquidez de la empresa y darle mayor capacidad de respuesta frente a la crisis actual” cerró el comunicado