La inflación acumulada de este año es de 16,1%, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), con un índice interanual del 55,1%. La pérdida de poder adquisitivo de los argentinos durante el primer cuatrimestre del 2022 es muy fuerte, sobre todo en la categoría de alimentos. Mientras a finales de 2021 un desayuno promedio costaba $937, hoy para adquirir los mismos productos se necesitan $1.410, un 50% más.

La consultora Focus Market vía Scanntech (lector de código en 670 puntos de venta de la Argentina) llevó adelante un relevamiento de los productos que se podían comprar con $1.000 en diciembre del año pasado para armar las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

Según el informe, en diciembre de 2021 se podía comprar para el desayuno un pan de molde 320 gramos, una mermelada de durazno 390 grs, un queso crema 480 grs, un café molido 50 grs y un litro de leche con menos de $1.000 ($937). No obstante, tres meses después para comprar los mismos productos se necesitaron $1.410, un 50% más. En la actualidad un desayuno cuesta $1.410.

La comparación entre los precios para un desayuno en diciembre de 2021 y marzo de 2022:

* café molido clásico 250 grs ($231 y $339); leche entera larga vida un litro ($101 y $149); pan de molde rodajas finas 320 grs ($145 y $181); mermelada durazno 390 grs ($203 y $283) y queso crema 480 grs ($257 y $458).

“La pérdida de poder adquisitivo de los Argentinos en el primer cuatrimestre del año está siendo muy fuerte y con mayor intensidad en alimentos”, sostuvo Damián Di Pace, analista económico y director de la consultora Focus Market.

Y en ese sentido, agregó: “Mientras se intensifican las frecuencias de compra en el canal minorista para reposición en la compra nominal con un billete de $1.000, cada vez compra menos cantidad de unidades. Quizás con ese billete hace solo tres meses compraba cuatro o cinco  unidades y hoy no alcanza ni para dos o tres unidades de la misma marca y presentación”.

Respecto al almuerzo, según el análisis, en diciembre de 2021 se podían adquirir por menos de $1.000 ($970): rebozados de pollo 360 grs, arroz largo fino 1 kilo, 6 huevos y un agua saborizada de 1.5 litros. En cambio, tres meses después se necesita para cubrir esta comida $1.233: un 27% más.

La lista de precios para armar un almuerzo en diciembre de 2021 y marzo de 2022, según Focus Market, era la siguiente: rebozados de pollo x 4 360 grs ($473 y $556); arroz largo fino x 1 kg ($129 y $168); huevos blancos seis unidades ($68 y $128); mayonesa 475 grs ($173 y $218) y agua saborizada pomelo sin gas de 1.5 litros ($127 y $163).

“En el mes de abril con corte en la tercera semana del mes, si tomamos el acumulado mensual respecto de la misma semana de marzo, la inflación de alimentos y bebidas sigue muy alta en el 6,5%”, indicó.

“En el mismo período observamos una suba de los productos frescos como carne vacuna, pollo y leche por encima del 10% y una desaceleración en las subas de frutas y verduras que venían escalando fuerte en el primer trimestre del año”, subrayó.

En cuanto a la cena, la consultora relevó que el último mes del año pasado se podían comprar unos fideos tallarin 500 grs, una salsa fileto 340 grs, un queso rallado 130 grs, una gaseosa cola 2.25 litros y un vino malbec 750 ml con menos $999. Empero, tres meses después para cubrir esta comida se requieren $1.250 (un 25% más).

La comparación de precios entre diciembre de 2021 y marzo de 2022 para armar una cena:

* fideos al huevo tallarin 500 grs ($137 y $177); salsa filetto 340 grs ($87 y $115); queso rallado 130 grs ($335 y $429); gaseosa cola pet 2.25 litros ($220 y $250) y vino malbec 750 ml ($220 y $279).

De acuerdo con el director de la consultora, el refuerzo del bono que involucra a trabajadores y trabajadoras informales, monotributistas A y B y trabajadoras de casas particulares está segmentado sobre los sectores de nivel socioeconómico más bajo; “donde la participación sobre su nivel de gastos en alimentos creció fuertemente precarizando su situación”.

“Este tipo de asignaciones por parte del Estado en un contexto de aceleración inflacionaria como la actual compensan, pero por debajo de la suba real de precios. Mientras el IFE en mayo de 2020 era de $10.000, hoy para mantener su poder adquisitivo la misma asignación debería ser de $22.000. Sin embargo, es de $4.000 que se esfumó por la inflación”, concluyó Di Pace.