El ministro de Economía, Martín Guzmán, admitió esta tarde que la renegociación de deuda provocará «frustración» en los bonistas, al anticipar que la Argentina planteará la necesidad de una quita para hacer «sostenible la deuda».

«Va a haber frustración por parte de los bonistas, sobre una base de que realizaremos una propuesta para solucionar y hacer sostenible la deuda», dijo Guzmán en la Cámara de Diputados.

Admitió que los escenarios que está planteando «no suenan tan optimistas, pero sí realistas, para hacer que lo que prometamos sea sostenible».

Lamentó que el país se haya endeudado “en dólares al 7%, en un mundo donde la tasa es prácticamente cero». «La situación es dura, si se dejase la inercia, recién en 2026 la economía podría alcanzar el equilibrio fiscal», señaló.

Dijo que en el 2020 «no es realista ni sostenible una reducción del déficit fiscal, no se está apuntando a esto».

En tanto, además de los acreedores privados, el ministro apuntó al mayor prestamista del país, el Fondo Monetario Internacional, ya que si bien reconoció que hay buena sintonía en las negociaciones con el organismo «El FMI también es responsable de la crisis económica argentina».

«Esta es una crisis en que todas las partes tienen responsabilidad, la Argentina, el FMI y los bonistas, que decidieron apostar a un modelo que fracasó, cobrando una tasa más alta de la que deberían para cubrirse», sostuvo Guzmán.

Guzmán aseveró que el Gobierno entendió que «no era lo conveniente dejar al mercado solo para reordenar las cuentas, consideramos que esto está funcionando, pero se viene el problema de la reestructuración de la deuda».

«Es un problema bien complejo, y para resolverlo hay más chances si hay apoyo de todos los sectores», señaló.

Dijo que la implementación del impuesto Pais sobre la compra de dólares «lo que busca es hacer que los dólares se pongan al servicio de la producción. Para que ocurra otra cosa la economía se tiene que tranquilizar».

«Con una macroeconomía en crisis y descoordinada no era suficiente con una política fiscal y monetaria, hace falta que el Estado tenga un rol central en la coordinación», señaló.

Propuesta de pago y programa

El catedrático de la Universidad de Columbia, en Nueva York, ratificó además que en la Argentina «hay voluntad firme de pagar la deuda», pero señaló que «no hay recursos para hacerlo».

Sobre la propuesta de pago que elevará a los acreedores, adelantó que «no es ni amigable ni agresiva, es sostenible, eso tiene que quedar bien claro».

El funcionario planteó la necesidad de parar con la «caída libre» de la economía argentina a través de «un cambio de modelo, en un contexto de restricciones muy duras», al exponer ante la Cámara de Diputados.

«Nuestro diagnóstico es que había problemas coyunturales pero también problemas estructurales. Para que el crecimiento se pueda sostener en el tiempo se tiene que cumplir que la cantidad que el país produce y se le pueda vender al mundo tiene que crecer acompañando el crecimiento de la demanda interna», remarcó Guzmán.

«En cantidades exportadas desde el 2012 estamos igual, es una tendencia que hay que romper», detalló.

En ese sentido, explicó que lo primero que hizo al llegar a la cartera de Economía, fue «trazar un horizonte», el cual consiste en «apuntar a una estructura productiva distinta a la que hoy tiene argentina. Una economía con un grado de diversificación diferente. Que nos permita satisfacer las necesidades de inclusión social, de generar dinamismo, y de generar estabilidad macroeconómico. El orden necesario para que haya progreso».

En tanto, remarcó que existe «un programa macroeconómico muy definido: cada medida que tomamos tiene atrás un programa. Todo lo que hacemos está pensando. Si entienden por programa que yo presente acá un ´powerpoint están equivocados. Eso no es serio. ¿Qué pasó cada vez que alguien hizo eso?».