Varias empresas consideradas “gigantes” del mundo textil ya se encontraban en problemas antes de que se desatara la crisis por el coronavirus. Tras la pandemia la situación empeoró. Otro factor de peso fue el auge del comercio electrónico y de las compras online.

Uno de los casos emblemáticos es el de JCPenney. La conocida marca se declaró en bancarrota en mayo, después de no poder realizar los pagos pendientes y luego de un incremento de su deuda. De acuerdo con CNN Business, JCPenney dejó de cumplir sus pagos y tiene una deuda de casi 4.000 millones de dólares.

Entre este año y el próximo, JCPenney planea cerrar un total de 242 tiendas. Cabe destacar que en lo que va de año, la marca ya había cerrado seis tiendas en Montana, Carolina del Norte, Nueva York, Ohio, Oklahoma y Carolina del Sur.

En mayo, Victoria’s Secret anunció que planea cerrar hasta 250 tiendas en los Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, su declive ya se había manifestado mucho antes de la pandemia. Según Forbes, las ventas netas de Victoria’s Secret cayeron un 46% en el primer trimestre fiscal de 2020.

Como parte de un plan para cerrar 230 tiendas en el transcurso de dos años, Gap cerró 40 establecimientos en todo el planeta. Veintinueve de estos cierres se produjeron en Estados Unidos.

Otra de las marcas que planea reducciones de espacios y de personal es Guess. Se ha sabido que su proyecto es cerrar 100 establecimientos en todo el mundo durante los próximos 18 meses.

Por su parte, G-III Apparel Group, también propietario de marcas como DKNY, Donna Karan, Calvin Klein y Tommy Hilfiger, anunció en junio que planea cerrar todas sus tiendas Wilsons Leather y G.H. Bass.

Otras marcas globales tampoco estan atravesando un buen momento: la empresa española Inditex, propietaria de la marca Zara, anunció recientemente que cerraría hasta 1.200 tiendas en todo el mundo. Estas clausuras se producirán paulatinamente en los próximos dos años, ya que la compañía planea cambiar su enfoque a las ventas online.

Fuente: Iprofesional