«Estoy totalemente de acuerdo con el pago a los holdouts», enfatizó Javier Gonzalez Fraga. El economistaa radical argumentó que «esa operación abrirá la puerta del mercado financiero para que el país pueda tomar créditos destinados a reducir el déficit y gestionar políticas para bajar la inflación y la pobreza».

«A veces lo perfecto es enemigo de lo bueno y por lo tanto hay que terminarlo cuanto antes», sentenció el expresidente del Banco Central entre 1989 y 1991. Según dijo, para apoyar el acuerdo alcanzaría con reconocer que la Argentina sustituirá una deuda que está costando el 11 por ciento o mucho más para algunos bonos, por otra deuda que cuesta la mitad, lo que «significa un desendeudamiento«.

González Fraga se expresó así al exponer en el plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados que debate el proyecto de ley que impulsa el Gobierno para revocar las leyes Cerrojo y de Pago Soberano.

Además, dijo, están las puertas que se abren en materia de financiamiento de los organismos internacionales para viviendas, cloacas, alumbrado y cosas que mejoran la vida a la gente y ponen al país en el camino de reducir fuertemente la pobreza. Asimismo, según González Fraga, salir a tomar créditos ayudará a cubrir el déficit fiscal mientras el Gobierno de Mauricio Macri lo vaya reduciendo, lo que generará menos inflación que un financiamiento respaldado sólo en la emisión monetaria.

Al sector privado, en tanto, se le abrirá el financiamiento bancario porque las entidades financieras van a «multiplicar» las líneas de crédito blando, lo que no han hecho hasta ahora porque sus casas matrices no les permiten aumentar el endeudamiento en la Argentina. González Fraga aseguró que la eliminación de la Ley Cerrojo es de por sí un acierto, dado que esa norma fue un «gravísimo error» porque redujo a la mínima expresión el valor de los bonos, lo que convirtió a los títulos en «una carroña que atrajo a los buitres».

«Sin carroña no hay buitres. Y la carroña la fabricó la ley cerrojo. Entonces, creo que esa patoteada fue tremendamente cara para la Argentina en los diez años que siguieron», expresó el economista radical.