El gobierno nacional anunció, a través de sus funcionarios, el acuerdo con frigoríficos y supermercados donde estableció un precio único para ocho cortes «populares» de carne que se van a vender los fines de semana y los primeros tres miércoles de cada mes hasta el 31 de marzo.
La realidad en torno al precio de la carne, abruma cada día el bolsillo de los trabajadores e impide el consumo de un alimento que resulta cada vez más inaccesible a los que tienen menos poder adquisitivo.
Las medidas firmadas por el presidente, Alberto Fernández, han disparado cuestionamientos desde ciertos sectores que tienen que ver con la producción y venta de la carne, quienes han puesto en tela de juicio la efectividad de este acuerdo, que en principio beneficiaría a los grandes frigoríficos exportadores de nuestro país.
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En diálogo con Conclusión, el titular de la Sociedad de Carniceros de Rosario, José García, se explayó sobre este acuerdo, mediante el cual el Gobierno espera bajar precios y activar el consumo de carne: «Yo tengo algunos años en este rubro, desde muy jovencito soy carnicero, y siempre que los gobiernos han querido hacer algo, es siempre igual».
«Una vez más tiene que ver con un acuerdo hecho con los grandes frigoríficos exportadores que tienen los sobrantes de exportación y entonces salen a hacer estos negocios para sacárselos de encima. Es muy poco volumen para decir que resuelve los problemas de la gente», argumentó el carnicero local.
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Por otro lado, para García es de carácter irresponsable incentivar el congestionamiento de personas. «Esto agrava también lo que nos están diciendo del cuidado por el tema de no juntarnos, de no tener aglomeraciones, lo que hacen con esto es que la gente ante un hecho como este, con el bolsillo flaco que está teniendo el consumidor, lo va a hacer amontonar en determinado momento y eso no es bueno. La verdad que hasta parece una tomada de pelo».
La verdad de la milanesa
Sobre la participación de las carnicerías, eslabón importante de la cadena productiva, en este acuerdo, García expuso que «no va a llegar a las carnicerías».
«Está bien claro el decreto, están en la lista los grandes supermercados y cuando hablan de cadenas de carnicerías, hablan de los grandes frigoríficos exportadores, que tienen cadenas de venta. Está claro que no es para todos, nosotros no participamos, ni siquiera nos llaman para preguntarnos qué opinamos», expresó.
Para el presidente de los Carniceros de Rosario, resulta innegable que «el consumo interno pasa por las carnicerías» y no cabe duda alguna de que ese segmento de la cadena es «altamente competitivo».
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«Sino hoy no estaríamos en pie con lo que ha pasado en la Argentina con la llegada de los grandes supermercados«, esgrimió, al tiempo que dijo que este acuerdo «tiene que ver en que son los mismos dueños del frigorífico exportador, de las bocas de grandes supermercados y de las cadenas de carnicerías».
En la presentación del acuerdo, se habló de «cortes populares». En relación a esto, García consideró que «es una discusión vieja» ya que a los cortes populares «los determina el bolsillo de la gente, entre lo que quiere comprar y lo que puede comprar».
«Yo le llamo populares a los cortes que la gente busca más y la gente lo que más busca es el corte que más le rinde: son los cortes más finos, no son los más baratos, porque tienen menos grasa, porque no tienen huesos, porque tiene menos desperdicio; en el caso del asado, indudablemente hay un tema cultural de nosotros los argentinos y es que siempre vamos a consumir el asado de costilla, aunque no sea económico», añadió el referente cárnico, último eslabón de la cadena, la venta al público.
Las mesas de la nada
García relató su experiencia, con la Sociedad de Carniceros, en reuniones con gobiernos provinciales anteriores, donde el punto en común de la mesa buscaba ser el respeto de la cadena de producción y el cuidado de cada uno de los eslabones de la misma.
Al respecto, dijo que hubo encuentros «donde participaba Producción, los frigoríficos, Sesnasa, transportistas, los carniceros, los que no estuvieron nunca fueron los supermercados». Según dijo, lo que se buscaba en ese momento era «que todos participaran en las medidas para el sector y que no hubiera ventaja de ningún eslabón, porque siempre decíamos que cuando un eslabón saca ventaja sobre el otro la cadena no existe más».
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A pesar de ello, estas mesas de discusión nunca llegaron a nada. «Esto nunca se concretó, siempre terminó con grandes libros, grandes volúmenes de revistas, hermosísimas, pero como política pública nunca existió», sentenció.
García concluyó haciendo fuerte hincapié en la necesidad del diálogo: «Este es el tema a resolver, que haya una política pública de carne donde estén todos los sectores, donde pueda opinar cada uno, pero sinceramente y llevar a cabo esa política de acuerdo a lo que dice cada sector, sino la cadena productiva va a ser siempre complicada. Además, que al productor no le va a gustar esta medida porque está viendo que en cualquier momento le meten mano a su producción».
