Las fraccionadoras nucleadas en la Cámara de Empresas Argentina de Gas Licuado (CEGLA) denuncian que están operando con pérdidas a causa del bajo costo que tienen las garrafas en el país.

Actualmente una garrafa de 10 kilos cuesta, en promedio, $424, mientras que el valor de venta en plataforma es de $236. “Tenemos una estructura de costos que no puede ser cubierta con esos importes. Necesitamos que el precio de referencia para el fraccionado y para las otras etapas se actualice cada seis meses, de acuerdo a lo que establece la Ley 26.020”, reclamó el presidente de la entidad, Pedro Cascales.

Asimismo, desde CEGLA advirtieron que de seguir con este desnivel de precios, se afectará a los actores de la industria, pero también se perjudicará a los usuarios consumidores, especialmente a aquellos más vulnerables que, por carencia de recursos o por cuestiones de falta de infraestructura, se ven impedidos a acceder a redes de gas natural o a otros recursos alternativos.

El valor actual de la garrafa es uno de los más bajos de la región junto a los de Bolivia y Ecuador, países que tienen muy subsidiado el precio del gas envasado. Pero también es inferior a los equivalentes que se pagan por otros tipos de energía en Argentina.

En una comparativa de cuánto debería costar una garrafa en relación al mismo consumo de otros energéticos, los resultados son muy favorables para el butano y el propano, incluso contra el gas natural del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Lo mismo sucede con la leña, que actualmente supera el costo del gas envasado.

Al comprar con los valores de la electricidad residencial de diferentes regiones del país, desde CEGLA señalaron que una garrafa de 10 kilos debería costar $2.928 para un consumo equivalente de luz en la ciudad de Córdoba; $2.082 si se compara con el costo de energía eléctrica en San Miguel de Tucumán; y $1.851 si se toman como referencia las tarifas de la provincia de Buenos Aires.

“La garrafa es un energético de uso extendido en toda la Argentina y más económico que los otros disponibles”, destacó el presidente de CEGLA.

Por otra parte, si la relación se hace con productos de consumo masivo, que además algunos usan gas licuado de petróleo (GLP) para su producción, también es muy inferior el precio de una garrafa. Un kilo de yerba o un aceite de girasol de 1,5 litros cuestan $400, en promedio. En una panadería de barrio el kilo de pan se consigue a unos $300. A su vez, una gaseosa cola de 2 litros vale $180. Y si se va en auto al supermercado a buscar esos alimentos o a adquirir la garrafa, con el reciente incremento de la nafta se necesitarán $4.500 para llenar un tanque de 45 litros en la Ciudad de Buenos Aires. En la mayor parte del país ese número asciende considerablemente.

Por otro lado, desde CEGLA manifestaron que es “notoria” la relación entre la evolución del salario mínimo, vital y móvil (SMVM) y los aumentos en el precio de la garrafa.

“En octubre de 2020 el SMVM era de $18.900 y el precio máximo de fraccionado de una garrafa de 10 kilos –uniforme para todo el territorio nacional–, de $185. Desde hace unos días el SMVM es de $32.616 (72,5% de aumento). Sin embargo, el precio máximo de referencia para el fraccionado de gas licuado de petróleo (GLP) está congelado desde junio de 2021 en apenas $236 (27,6% de incremento). Cuando vemos el precio final al público sucede algo similar: $359,62 en octubre de 2020 y unos $424 en la actualidad, sólo 20% más”, detallaron.

“A mitad del año pasado la Secretaría de Energía de la Nación emitió una resolución con una asistencia económica transitoria (AET) para operadores de GLP. La ayuda consistía en el reconocimiento del 20% de la facturación en concepto de ventas que hayan registrado mensualmente las empresas productoras, fraccionadoras y distribuidoras para el período agosto-diciembre de 2021 por el producto destinado al Programa HOGAR. Con el comienzo del nuevo año esta medida quedó sin efecto, con el agravante de que sólo algunas empresas cobraron la AET de septiembre 2021 y nada de ahí en adelante”, denunciaron desde CEGLA.

Y agregaron: “Le reclamamos a la Autoridad de Aplicación de la Ley 26.020 que actualice el precio de referencia del gas licuado de petróleo para cubrir así los costos del sector y recuperar rentabilidad”.

“Exigimos que los valores de referencia sean dictados y ajustados a los costos operativos, a la rentabilidad mínima necesaria y al criterio técnico, en respeto a la legislación vigente y a las necesidades de calidad y seguridad de nuestro mercado”, expresó Cascales, y agregó: “Somos un gran dinamizador de la industria e invertimos mes a mes más de $1.100 millones en bienes de capital”.

Cabe destacar que el sector fraccionador del GLP da empleo directa e indirectamente a más de 9.000 personas y abastece con altos estándares de eficiencia a más de 5 millones de hogares con un combustible ecológico, 100% nacional y que es fundamental para el entramado del país.