El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, se reunió este viernes en Lisboa con el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, con quien busca entablar un vínculo político de cara a un eventual triunfo de su postulación en las elecciones del 27 de octubre.

Fernández fue recibido por Costa en el Palacio de Sao Bento, sede del Parlamento.

Durante el encuentro, que duró una hora y media, ambos dirigentes políticos dialogaron sobre “la experiencia portuguesa, la situación de la Argentina, y abordaron el futuro del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea”, según informaron desde el entorno del candidato opositor.

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El candidato del Frente de Todos fue con especial énfasis en oír de boca del propio Costa la «receta portuguesa» con la cual el país ibérico ha logrado lo que algunos asumían como la cuadratura del círculo: reducir el déficit fiscal a la par de un aumento en los salarios y las pensiones de empleados públicos y jubilados.

La historia

El actual primer ministro portugués arribó al poder en noviembre de 2015, con el país inmerso en un plan de austeridad que se aplicó entre 2011 y 2014, a cambio de lo cual habían recibido, según reportó la BBC, 78.000 millones de euros de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) como «asistencia» para pagar su deuda.

El resultado: en ese 2014 el crecimiento del PBI era negativo y el desempleo llegaba al 15%. Pero desde la asunción de Costa, a la cabeza de una coalición de centro-izquierda, en 2016 se achicó el déficit fiscal a la mitad, hasta el el 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB), el mejor resultado desde 1974, año de la transición democrática en Portugal.

Luego de eso, la economía creció en años consecutivos, en consonancia con una sorprendente recuperación de los salarios y pensiones, a niveles anteriores a la crisis.

Así, la gestión de Costa avala el planteo de muchos economistas heterodoxos venían advirtiendo al respecto de la respuesta a la crisis global: oponer a la propuesta de austeridad acérrima recetada a países europeos como Grecia, medidas propensas a alentar la demanda interna para motivar el crecimiento.

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Traducido: más si el gobierno gastaba más, reactivaría la economía, aumentaría la recaudación de impuestos y eventualmente reduciría el déficit fiscal existente.

Obviamente que no es una economía que carezca de problemas, con una deuda que sigue en niveles altísimos, pero a comparación de otros países europeos que afrontaron crisis similares y apostaron por la austeridad recomendada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea, como es el caso de Grecia, el caso portugués despierta envidia en otras latitudes.

Por ejemplo, el Banco Central luso estima que al finalizar 2019 el desempleo habrá bajado al 7%,al tiempo que las exportaciones se incrementarán en un 6%.

Recepción especial

En la reunión, que se extendió una hora más de la media hora prevista, Fernández subrayó la “necesidad de trabajar junto a España para concretar el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur”, anunciado a finales de julio, pero que todavía debe materializarse.

Al brindar una conferencia en el Congreso de los Diputados español, Fernández subrayó ayer está a favor de una mayor integración con Europa, pero añadió que ese objetivo debe lograrse «sin perjudicar a la Argentina».

Costa, líder del Partido Socialista de Portugal, gobierna desde finales de 2015 con el apoyo de comunistas, verdes y el Bloco de Esquerda, cercano a los españoles de Podemos, y es considerado un modelo a seguir por el resto de líderes socialdemócratas europeos.

Consiguió un acuerdo que parecía imposible al lograr una convergencia a la izquierda dominada por la centroizquierda, lo que provocó un vuelco a la tendencia de declive de los socialistas.

El gobierno del Costa representa en la actualidad una «alternativa social a la austeridad neoliberal», que no pone en duda las reglas de juego de la eurozona.

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«El gobierno portugués es un ejemplo a seguir por otros partidos socialdemócratas europeos con los que queremos estrechar lazos», sostuvieron quienes acompañan a Alberto Fernández.

El ex jefe de Gabinete cerró este jueves una visita de tres días a Madrid con un encuentro clave con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en el Palacio de La Moncloa, la sede del Ejecutivo, con el que habló de sus prioridades en materia de política exterior si finalmente llega a la presidencia de Argentina.

En su viaje a España y Portugal, el aspirante presidencial se encuentra acompañado por el diputado Felipe Solá y Miguel Cuberero, además del ex candidato chileno Marco Enríquez Ominami.

Fernández, ganador de las primarias del 11 de agosto por 15 puntos de diferencia con el presidente Mauricio Macri, llegó a Madrid el lunes para cumplir con compromisos académicos, pero su visita se convirtió en una gran oportunidad para estrechar vínculos políticos con dirigentes europeos que cree que pueden ser afines a un futuro gobierno peronista.