Pese a las presiones internas, la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, ratificó que la Argentina respetará el acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que implica un enfrentamiento con un sector del Gobierno que pretende modificarlo.

La titular del organismo, Kristalina Georgieva, confirmó que la flamante titular del Palacio de Hacienda manifestó la voluntad del Gobierno de cumplir lo firmado. 

“El mundo está cambiando muy rápidamente, pero ella se comprometió con los objetivos del programa y a trabajar con el Fondo de forma constructiva para lograr estos objetivos”, dijo Georgieva, según informaron agencias internacionales.

La información que dio a conocer Georgieva resulta crucial para la disputa interna del Frente de Todos, dado que según trascendió durante la cena del lunes, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, le pidió al presidente, Alberto Fernández, que modifique el acuerdo con el FMI.

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El organismo multilateral dio un pequeño guiño en ese sentido cuando acordó con el ministro saliente, Martín Guzmán, una flexibilización de las metas para el segundo trimestre pero manteniendo las anuales.

Batakis deberá accionar sobre ese estrecho desfiladero para darle “discurso” a los que pretenden cambios pero al mismo tiempo sin que esas modificaciones impliquen un incumplimiento que lo voltee.

Georgieva comentó que Batakis se comunicó con el jefe del Departamento, Ilan Goldfajn, ante quien se comprometió a cumplir con el programa de Facilidades Extendidas que reemplazó el stand by que por US$ 44.000 millones firmó en 2018 Mauricio Macri.

La jefa de FMI afirmó que Argentina se enfrenta a un “momento muy difícil” y sostuvo que el FMI hará lo posible para ayudar a las autoridades a hacer frente a la inflación.

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“La ministra entiende el propósito de la disciplina fiscal y también entiende que si se quiere ayudar a los pobres no puede ser en condiciones de inflación galopante”, dijo Georgieva.

La titular del FMI relativizó las diferencias de visiones sobre las políticas a implementar y abogó por lograr un “consenso explorando diferentes opciones”.

El centro de discusión con el FMI es el nivel de déficit fiscal, pautado en 2,5% de PIB para 2022 y en forma concatenada el límite de emisión de 1% del PIB. El kirchnerismo pretende modificar ambas condiciones, en virtud de la delicada situación social.

“Tenemos que tener claro que a veces son necesarias acciones dolorosas para cosechar los beneficios de estas acciones”, consideró hoy Georgieva, dejando en claro cuál será la postura del organismo en las nuevas conversaciones.

Apenas asumió, Batakis dijo que se mantendría “el rumbo económico” del presidente, Alberto Fernández, y de inmediato comenzaron a conocerse presiones para que el acuerdo con e FMI sea modificado. La confirmación que se mantendrá en los términos firmados puede resultar el preludio de una confrontación de escala.