Por Guillermina Fossati

Números en rojo, que hasta ahora no terminan de encontrar su piso, y que conforman una de las peores crisis en casi dos décadas. Ese es el cuadro de la industria automotriz al cerrar el primer cuatrimestre del año, que sufre una caída acumulada del 50% en los patentamientos y del 31% en la producción.

En cuanto a las ventas, las menos de 40.000 unidades comercializadas en abril -un mes estacionalmente fuerte-, recuerdan a los peores tiempos del sector. A esto se suma que en las terminales crece la preocupación porque las exportaciones no repuntan y están lejos de los niveles proyectados a comienzos de año.

En el caso de los envíos al exterior, el retroceso fue del 11% en el período enero-abril. Esta contracción va a contramano de la expectativa que generaba Brasil hace unos meses. De hecho, el Banco Central de ese país acaba de recortar la tasa de crecimiento del PBI esperado para este año.

Para agravar el panorama, las ventas a concesionarios se derrumban drásticamente. Este es un termómetro clave, porque muestra que no hay perspectivas de cambio en el corto plazo.

En concreto, los despachos desde las terminales a la red de agencias cerraron el primer cuatrimestre con una caída inédita, del orden del 57 por ciento.

Esta situación llevó a las fábricas a tomar decisiones inmediatas que trajeron más problemas. La primera fue suspender la producción de vehículos, una medida que terminó agravando la ya tensa relación con empleados y sindicatos. Algunos ejemplos del panorama actual:

– El grupo PSA (c) paralizó su planta durante todo el mes de marzo.

– En Volkswagen suspendieron casi 4.000 empleados tras finalizar la fabricación del modelo Suran.

– En Fiat, Renault e Iveco se establecen mes a mes cronogramas con suspensiones temporales.

– En Toyota, que no toma este tipo de medidas, sí empezaron a eliminar los feriados optativos para producir menos.

A pesar de estas medidas, la crisis se profundiza porque no aparece la demanda en el mercado interno ni en el externo. Y para las grandes marcas, que conforman el gran motor de la industria argentina, la caída llega a los dos dígitos, sin excepciones.

Además, ya no se trata de una batalla entre autos nacionales o importados. Si bien estos últimos resultaron más golpeados por el alza del dólar, el ranking de la industria en general muestra los números más desalentadores de los últimos años.

Según el presidente de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA), Ricardo Salomé, la caída en la actividad ha ido encontrando su fondo y piensa que a partir de ahora se podrá retomar lentamente la senda de la recuperación. Sin embargo, puertas adentro y en off, las empresas no creen lo mismo.

Caída por segmentos

Entre los segmentos más afectados en el primer cuatrimestre del año se encuentra el de utilitarios pesados, con una baja de 56,3%, como consecuencia del parate económico y de la desaceleración de la obra pública.

Estos vehículos están muy atados a la cotización del dólar, de modo que su precio se incrementó notablemente en pocos meses.

Los segundos en sufrir la mayor contracción son los autos de pasajeros, con el 51,7%. Es una categoría que engloba desde los más económicos a los más caros, y que padece también la falta de financiamiento y la crisis de los planes de ahorro, con un aumento de las cuotas que para algunos segmentos socioeconómicos se volvió inaccesible.

Por último, los utilitarios muestran una baja del 43%. Es la categoría que menos cae, apuntalada especialmente por las pickups, que se convirtieron en los vehículos más convenientes por no pagar impuesto al lujo y tener cada vez más confort. Esta ecuación cierra, claro está, siempre que quieran utilizarse como reemplazo de un auto o SUV.

Además, el éxito es tal que la Toyota Hilux es el modelo más vendido del país, mientras que en el top ten del mercado general también se encuentra la Volkswagen Amarok. A esto ayuda, la importante cosecha de granos de este año.

Las masivas, más afectadas

Hilando fino entre las marcas, el mercado tiene varias categorías para evaluar.

Por un lado, están las más populares que históricamente lideraron el ranking en ventas, la mayoría con fábricas en el país. Son, generalmente, las que tienen los modelos de entrada de gama que representan el mayor porcentaje del parque automotor. Sin embargo la crisis golpeó duramente a los modelos más económicos y hoy todas las compañías sufren un derrumbe de los patentamientos.

Chevrolet es la que recibió el golpe más duro en el año, con una baja de 60% en el primer cuatrimestre.

La automotriz es una de las que más aumentó los precios desde la devaluación de mayo de 2018, aunque ahora busca compensar con fuertes bonificaciones.

Otra que también está sufriendo las consecuencias de la coyuntura es Peugeot, con la misma tasa de caída en los patentamientos (-59,9%).

Al mismo tiempo, la marca recibió una pésima noticia: los modelos que se fabrican en el país, el 308 y 408, serán solo para el mercado interno y no se exportarán más, porque la subsidiaria de Brasil decidió dejar de importarlos.

Fiat es la tercera marca con mayor caída, la cual llega al 55%; la sigue Ford, con el 53%. Ambas automotrices son fundamentales para la producción local: la primera fabrica el Cronos en Córdoba, mientras que la segunda hace lo propio con la camioneta Ranger en Pacheco, el único modelo que quedó en la planta tras discontinuar el Focus.

Por su parte, Citroën acusa una baja de 49% en los patentamientos; seguida por Renault y Volkswagen, ambas con un derrumbe del 48%.

En tanto, las japonesas Toyota y Nissan son las que menos caen: 38 y 25%, respectivamente. Igualmente, el caso de Nissan es particular: la base de comparación es 2018, cuando tenía un volumen menor en ventas. Y ahora que la marca tiene una planta en el país, pasó a contar con más disponibilidad de modelos para vender.

La alta gama

En el segmento de alta gama, las marcas que pelean por tener las mayores ventas son tres: Mercedes Benz, Audi y BMW.

En esta carrera, la que está cayendo más en el año es Audi, con una baja de 69%; luego sigue Mercedes Benz, con el 51% y por último BMW, con un desplome del 45%. La ventaja de la alemana de las «tres letras» es que transita un año con lanzamientos importantes y eso la mantiene más activa.

Otra que forma parte de la misma categoría pero que representa un volumen de ventas más chico es Porsche, con una contracción de 25% en el año. Alfa Romeo, en tanto, anotó una baja de 38%, mientras que Mini sufrió una caída del 50 por ciento.

Autos chinos: de la explosión al estancamiento

La «avanzada» china no está atravesando el mejor momento. Del boom de desembarcos que se dio entre 2017 y 2018, se pasó a un escenario que preocupa y con planes de expansión, por ahora, suspendidos.

El problema de estas marcas es que la mayoría tiene precios en dólares y, con la devaluación, dejaron de ser un buen negocio para el comprador. Además, tienen que pagar el impuesto del 35% por ser modelos importados por fuera del Mercosur, lo que lleva a que los valores queden al mismo nivel que el de otras automotrices con más trayectoria.

Entre las que juegan en esta categoría, Chery es la que más vende y la más antigua, ya con 11 años de presencia en la Argentina. Sin embargo, este cuatrimestre sus resultados no son buenos: con 885 unidades patentadas, la baja fue nada menos que del 67%.

En tanto, Lifan, que llegó al mercado en 2015, tuvo una peor performance: con 226 unidades, cayó 75%.

Geely, es una de las que forma parte del pelotón de las más marcas chinas más nuevas. Con 158 unidades entregadas en el año, las ventas cayeron 65 por ciento. Otra compañía del gigante asiático, DFSK, lleva patentadas apenas 148 unidades, lo que implica un derrumbe del 49%.

Shineray es la única que crece, porque se lanzó a fines del año pasado. Sin embargo, sus cifras son realmente bajas: lleva comercializadas unas 108 unidades (frente a las 5 de 2018).

Foton está en la misma situación, dado que con tan solo 69 patentamientos creció 46%, mientras que Great Wall -que también arribó en la misma fecha- vendió hasta el momento 93 unidades.

Tanto Foton como Great Wall son las únicas chinas que se arriesgaron a competir en el segmento de las pickups, mientras que el resto o hace en la categoría SUV y de «camioncitos» utilitarios livianos. Allí obtienen resultados aceptables porque son más económicos.

La producción sufre por la crisis

Mientras que las ventas internas se derrumban y las exportaciones no dan el impulso suficiente, las automotrices replantean sus planes de producción a futuro.

De acuerdo con los últimos datos de ADEFA (la asociación de fabricantes con plantas en el país), la producción acumula una baja de 31% en el año, siendo el segmento de autos el más crítico: cayó 49%, mientras que los utilitarios lo hicieron un 11 por ciento.

Entre los utilitarios que se fabrican en el país se encuentran Ford Ranger, Volkswagen Amarok, Toyota Hilux, Nissan Frontier, Renault Kangoo, Citroën Berlingo y Peugeot Partner. Son las pickups las más exitosas.

Entre los autos, los modelos que están «sobreviviendo» son Fiat Cronos, Peugeot 308 y 408; Citroën C4 Lounge; Renault Sandero y Logan; y Chevrolet Cruze.

Quienes dijeron adiós recientemente son el Renault Fluence, Volkswagen Suran y Ford Focus.

En este contexto, mientras se ajustan los planes de producción, las marcas tienen que decidir si cumplen o no con la agenda prevista en materia de lanzamientos.

De acuerdo con las consultas realizadas por iProfesional, hasta el momento no hubo cambio de planes. La mayoría de las automotrices están dispuestas a cumplir con la agenda prevista.

Esta decisión se toma porque los compromisos asumidos de antemano no pueden dejarse de lado y, en varios casos, ya están realizados los pedidos a las casas matrices.

Los próximos en llegar serán Volkswagen Vento GLI, Toyota RAV4 híbrida y BMW Serie 3, que se lanzarán antes de finalizar mayo.

En la segunda mitad de año será el turno del DS3 Crossback y algunos «refresh» de Citroën. En Chevrolet también aseguraron que a partir de julio llegarán novedades de la marca, pero no confirmaron de qué se trata. En Ford, se espera el desembarco del Mondeo híbrido.

En Renault, la expectativa está centrada en la llegada de la pickup Alaskan. Si bien ya tendría que haberse lanzado al mercado, su proyecto se encuentra actualmente suspendido.

Esta postergación, junto a la decisión de Mercedes Benz de no producir la pick up Clase X en el país, son las dos noticias más duras que recibió el mercado en los últimos años.

El resto de las marcas prefieren mantener sus novedades en reserva, especulando con lo que podría pasar después de las elecciones.

Fuente: iprofesional.com

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