El precio del combustible suele ser mirado con atención no solo por quienes tienen que cargarle nafta (gas, gasoil) a sus vehículos de uso personal sino que se trata de uno de los precios relativos más importantes de la economía, por su influencia en otros precios.

En Argentina, el combustible tuvo fuertes aumentos en la primera parte del año para ponerse a tono con la inflación promedio (aproximadamente en el 50% anual hoy), con un impacto muy negativo en el consumo por su afectación al bolsillo de trabajadores y empresas (logística, distribución y otras tantas derivadas). YPF, con participación estatal, consignó aumentos hasta el mes pasado para «fomentar la inversión» en la compañía, según se comunicó, algo que siguieron otras firmas como Shell o Axxion.

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Ahora, el último informe sobre el precio de los combustibles realizado por Centro de Estudios Económicos y Sociales (Ceso), muestra un significativo aumento de más del 70% entre el período junio 2020 a junio 2021, es decir alrededor de un 20% por encima de la inflación general que mide el Indec. La Nafta Premium fue la que más se incrementó interanualmente, un 78%, ronda los $114 en la provincia de Santa Fe.

En el relevamiento se explica que tras el incremento de más del 300% del precio de los combustibles durante el período 2015-2019, los combustibles líquidos en Argentina estuvieron congelados por un año en 2020 y la mayoría de los aumentos se dieron en este primer semestre del 2021.

«En este semestre nos dio casi un 37%, es decir que está casi un 10% más que la inflación, estamos alrededor de un 27% según los datos del Indec», dijo a  Conclusión Cristian Berardi, economista e integrante del Ceso.

Según expuso, los precios de los combustibles durante el 2020 fueron congelados por el gobierno nacional en el marco de las medidas tomadas para paliar la situación de crisis económica profundizada por la pandemia.

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En ese sentido, especificó: «Si lo comparamos con el año entero de junio a junio tenemos alrededor de un 72%, que es un número importante, pero hay que tener en cuenta que hasta junio de 2020 estuvo casi congelado el precio del combustible, es decir que fueron casi 22 meses de un 72%, obviamente tuviste una pandemia mediante, entonces la realidad es que tuviste los primeros seis meses, desde junio hasta diciembre, que aumentó un 26% cuando hubo un 35% de inflación, con lo cual ahí perdieron los combustibles pero no se podía aumentar más, en este momento la realidad es que el gobierno lo ha hecho al revés, aumentar un poco más los combustibles que la inflación, por eso impacta en la economía».

El aumento de combustible, repercute directamente en la cadena productiva. «Un chofer para recorrer cien kilómetros tiene que gastar $1400 más de gasoil, esto empieza a repercutir como costo de flete que tienen todos los productos en la economía. En realidad, la matriz insumo-producto de Argentina dice que cada un punto porcentual de combustible, impacta en los precios un 0,1. Entonces si tuviste un 70% lo que pudiste haber tenido es un 7% de inflación de impacto en los combustibles directamente, después falta la parte indirecta, pero ese sería más o menos el significado», indicó Berardi.

Consultado por la falta de información de los costos de producción en YPF, el economista del Ceso consideró que «eso ya es un problema más de información, de lo que el gobierno quiera ofrecer, también de lo que la matriz de los costos de YPF pueda establecer. Ya es un problema de información nacional, escapa a los análisis que podemos hacer. En general sí, son un poco reticentes a mostrar los costos porque tenés el precio del barril de petróleo por un lado, tenés los precios internacionales del diésel que vos lo importas para después vender, entonces hay una complejidad».

Por otra parte, durante la primera parte del año el gobierno nacional anunció que los aumentos realizados en el precio de combustibles tenía como objetivo la inversión en infraestructura para abaratar costos.

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«Hay un problema de los precios internacionales que suben y bajan. Hubo un gran problema en el 2020 donde los precios estaban en cero casi, regalaban el barril de petróleo ficticiamente, para mantener ese nivel el precio de la nafta nunca bajo, por eso ha subido para recuperar esos márgenes, pero todavía no se ha visto. Esperemos que de aquí a fin de año, y esperemos que durante las elecciones o hasta el período eleccionario no van aumentar más», agregó Berardi.

Entendiendo la proximidad de las elecciones y las posibles repercusiones luego de las mismas, el economista concluyó: «Después hay que ver, tenés ese 30% de margen entre el internacional y el doméstico. Si es política de gobierno mantener esa brecha, obviamente siempre va a haber aumentos paulatinos y que no afecten tanto y si deciden aumentar más probablemente sea con más fuerza, es decir, si queremos menos inflación van a tener que aumentar menos pero subsidiar un poco más, entonces hay una dicotomía entre aumento de precio de combustible y subsidio para que no aumente«.