El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dará a conocer esta tarde el índice oficial de pobreza e indigencia correspondiente al primer semestre de 2019. Según estima la consultora Elypsis, el porcentaje rondará el 35% lo que implica un salto de 3 puntos y es el peor índice de la gestión del actual gobierno. De ese 35%, entre 7% y 8% serían indigentes .

Según los especialistas, la proyección de esos porcentajes a nivel nacional sobre una población urbana de 40.500.000 personas, son 14.400.000 pobres, de los cuales tres millones serían indigentes. Si se incluye la población rural, el número de pobres se eleva a 15.800.000 personas

La triste realidad es que comparando estas escalofriantes cifras con las del primer semestre de 2018, cuando la pobreza urbana fue del 27,3%, afectando a 11.150.000 personas, surge que durante los últimos 12 meses se agregaron 3.250.000 de nuevos pobres urbanos. También hubo un salto de la indigencia del 4,9% un año atrás, al 7/8% en la medición actual. Aproximadamente un millón de nuevos indigentes.

De lo números a la realidad

Los factores que inciden directamente sobre la indigencia y la pobreza podrían enumerarse por orden de importancia: caída del salario real y deterioro de las jubilaciones y prestaciones sociales, pérdida de empleo masiva y crecimiento exponencial del empleo informal y cuentapropismo. A esto se le suma un incremento casi incontrolable de la inflación lo que se traduce un gran caída del poder adquisitivo y retracción de la actividad económica y de la inflación.

Según los datos oficiales, en el último año el ingreso principal del hogar cayó 13,8 entre el segundo trimestre de 2018 y el mismo período de 2019.

Según estimaron, para compensar la pérdida de poder adquisitivo, muchos hogares buscaron ingresos complementarios. El principal mecanismo fue el empleo independiente y se observó sobre todo en los sectores medios y bajos. Eso ayudó a morigerar levemente la situación, y contener el desempleo en 10,6% (aunque con un fuerte salto en el subempleo que terminó el segundo trimestre 2019 en 13,1% y 18,3% de ocupados demandantes de empleo).

La medición del INDEC se denomina de pobreza por ingresos o monetaria porque toma en cuenta los ingresos de las personas y familias y los contrasta contra el valor de la canasta de alimentos básicos y la canasta básica total.

De acuerdo a esa comparación los valores de ambas canastas en esos 12 meses, a junio, aumentaron entre un 58,3% y 58,9%, por encima de la propia inflación frente aumentos de salarios y de jubilaciones en torno del 35% y de deterioro de ingresos de los cuentapropistas informales y monotributistas registrados.

Se trata del peor índice de la gestión del presidente Mauricio Macri ya que había alcanzado el 32,6 por ciento en 2016, mientras que el segundo semestre de 2017 había sido el mejor, con 25,7.

La mayoría de los análisis espera un porcentaje que se incrementará al menos en dos puntos en el segundo semestre de 2019, por lo que el índice se acercaría al 37 por ciento.