La inflación sigue siendo el principal enemigo del salario, llevar la comida a la mesa requiere más horas de trabajo al aumentar los alimentos al igual que los bienes y servicios. Cerca de tres millones de argentinos, apenas alcanza a cubrir el 65 por ciento del costo de la canasta alimentaria en un hogar de cuatro integrantes. Si una vivienda dependiera de esa remuneración básica, se quedaría con hambre o sin plata para comer durante casi un tercio del mes. Mientras, el Consejo del Salario aún no tiene fecha para reunirse.

El mes pasado una familia de cuatro miembros, hombre y mujer de 19 a 50 años, con dos niños de 2 a 3 años y de 4 a 5 años, tenía que destinar 730 mil pesos mensuales a los consumos básicos y el rubro alimentos subió 2,3 por ciento en el mismo período, si bien hubo bajas estacionales en verduras y lácteos.

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En la última semana, se registró una caída de precios en cinco de las 10 categorías relevadas, entre ellas el azúcar, verduras y lácteos. Medidos de punta a punta, los precios tuvieron un incremento promedio del 4,2 por ciento, variación que explican bebidas, panificados y lácteos en un 60 por ciento.

Estudios indican que, en 10 de 14 alimentos analizados, el país se encuentra entre el 50 por ciento de países más caros en dólares. En relación al salario mínimo, permite adquirir una cantidad similar de kilos de arroz que, en Kenia, pero a un precio en dólares similar al de Suecia y Canadá.

El precio del litro sale más caro que en España y Finlandia, y en Francia se paga igual, aunque los estándares adquisitivos locales sean mucho menores que los europeos. Mientras que media docena de huevos sale igual que en Túnez y Nigeria, pero con un precio en dólares como el de Suecia y Bélgica.

Un informe elaborado por IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), sobre la canasta de nueve productos de consumo masivo indicó que los impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales representan el 43,9 por ciento del precio final.

Los tributos considerados a nivel nacional son: IVA, Ganancias, Impuesto al cheque, Impuestos internos y las cargas de la Seguridad Social; a nivel provincial, el impuesto a los Ingresos Brutos y a nivel municipal la tasa de Inspección, Seguridad e Higiene.

Desde IARAF inidcaron que «en la Argentina, los productos alimenticios de consumo masivo que pasan por un proceso industrial de elaboración y por una cadena comercial de distribución incorporan en su precio las retribuciones a los insumos, la fuerza laboral y rentabilidad empresarial; así como también tributos de los distintos niveles de gobierno».