Si se mira la productividad en el conjunto de la economía se detecta que desde el último trimestre de 2019 hasta la actualidad, la productividad laboral por puesto subió 14%, mientras que los ingresos reales de los asalariados solo mejoraron 2%. En otras palabras, el 83% de la mejora en la productividad laboral de estos últimos 3 años se lo quedaron las empresas, señala un informe presentado por el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec).

Sobre el porcentaje de recursos que según el trabajo del Cepa queda en manos de las empresa, “un ejemplo concreto es el caso de la industria manufacturera en la que el monto que equipararía el ingreso total de los trabajadores industriales con lo que les corresponde por productividad no pagada desde 2016 sería de aproximadamente 1,6 billones de pesos en remuneraciones.

La distribución del ingreso

Por el lado de las y los asalariados, su participación en el ingreso registra una significativa caída entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022: -6,9 puntos porcentuales.

La mayor parte del retroceso se produjo con Mauricio Macri (2016-2019): 4,8 puntos, es decir, el 70% del total.

Por el contrario, la participación del capital en el ingreso registra un sustancial incremento entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022: +5,3 puntos porcentuales Y, a la inversa de lo anterior, fue en la post pandemia donde se produjo el mayor crecimiento de la rentabilidad empresarial: 3,5 p.p. (65% del total).

Respecto de la pandemia, cabe agregar que en ese lapso mejora provisoriamente la participación de los asalariados en el ingreso porque con la actividad cayendo, las políticas de protección fueron efectivas y permitieron que los trabajadores se vean menos afectados que el capital.

 

Participación del trabajo por sectores

En Agricultura, ganadería, caza y silvicultura, el guarismo llega a sólo el 14%.

Comercio e industria quedan por debajo del promedio general: 26,7% en ambos casos

Finalmente, si en la primera mitad de 2016 los trabajadores aún se ubicaban arriba del capital en la puja distributiva, esa relación se invierte en estos años y hoy se ubica en: 44,4% asalariados (RTA) y 45,0% empresarios (EEB).

 

Asalariados

Los números dan cuenta de una fuerte caída de participación de las y los asalariados en el ingreso entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022. La caída asciende a 6,9 puntos porcentuales. El análisis, de todas formas, muestra que la mayor parte de ese retroceso se evidencia entre el primer semestre de 2016 y el primer semestre de 2019, donde el guarismo retrocede en 4,8 puntos, es decir, el 70% del retroceso total. El resto (2,1 puntos) se reducen entre 2019 y 2022. Si se analizan los datos excluyendo sector público, la caída de participación de las y los asalariados en el ingreso muestra valores similares: el retroceso entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022 asciende a 6,5 puntos porcentuales, 70% explicado por el primer subperíodo (2016-2019).

Empresarios

Entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022, la participación se incrementó en 5,3 puntos porcentuales. A la inversa del caso anterior, en la subetapa que corre desde el primer semestre de 2019 al primer semestre de 2022 es donde se produce el mayor incremento: 3,5 p.p. (65%). El resto (1,8 puntos) corresponde al período primer semestre de 2016 y el primer semestre de 2019. Si se analizan los datos excluyendo sector público, se observa un proceso similar: entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022, la participación se incrementó en 5,0 puntos porcentuales, concentrándose en el período que corre desde el primer semestre de 2019 al primer semestre de 2022 (76%).

Tres momentos distributivos

En definitiva, en el proceso mencionado se pueden distinguir tres momentos:

1)  los asalariados perdieron sensiblemente participación en el ingreso en la etapa de la gestión Cambiemos.

2) la pandemia mejoró provisoriamente la situación donde, en el marco de un fuerte retroceso de la economía, las políticas de protección de asalariados permitieron que estos se vieran menos afectados que el capital.

3) la pospandemia significó que el excedente de capital bruto se expandiera en su incidencia sobre los ingresos en el marco de una fuerte reactivación.

 

Puja distributiva

Desde una mirada integral sobre la puja distributiva, capital-trabajo entre 2016 y la actualidad, se observa que en el primer semestre de 2016 la distancia entre ambas participaciones ascendía a 12 puntos en favor de los asalariados, y que esa relación se invierte en el primer semestre de 2021 levemente en favor del capital y se mantiene en valores relativamente equivalentes en el primer semestre de este año. Los números son: 44,4% asalariados (RTA) y 45,0% empresarios (EEB).

Si se realiza el mismo análisis, pero excluyendo el Sector Público, las inclinaciones de las curvas se muestran similares pero el punto de origen es sensiblemente más adverso para las y los trabajadoras/es. Se observa como la brecha entre las curvas, que en el primer semestre de 2016 se mantenía con una distancia de casi 5 puntos en favor del capital, en el primer semestre de 2022 se amplía a 16,4 puntos (35,7% RTA y 52,1% EEB).

 

 en el conjunto de la economía

Con foco desde el último trimestre de 2019 hasta la actualidad, la productividad laboral por puesto subió 14%, mientras que los ingresos reales de los asalariados solo mejoraron 2%. Es decir, el 83% de la mejora en la productividad laboral de estos últimos 3 años se lo quedaron las empresas. Esto significa una transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia los empresarios que se suma a la pérdida por un mayor incremento de precios que de salarios.

 

Productividad en la industria manufacturera

En este sector la no-retribución hacia los asalariados de las mejoras en la productividad laboral son aún más marcadas. Al segundo trimestre de este año, la productividad por puesto es 7% superior a la de 2016 y constituye el valor más alto de la serie. Sin embargo, el ingreso medio real de los trabajadores de ese sector acumula una pérdida cercana a los 25 puntos desde 2016. Una vez más, si tomamos los años de la actual gestión se observa directamente una relación inversa entre los ingresos de los trabajadores y su productividad. Para tomar un orden de magnitud, el monto que equipararía el ingreso total de los trabajadores industriales con lo que les corresponde por productividad no pagada desde 2016 sería de aproximadamente 1,6 billones de pesos en remuneraciones para todos los trabajadores de ese rubro.