En el Gobierno nacional consideran positiva la gira que el ministro de Economía, Martín Guzmán, comenzó el domingo pasado en Berlín y que luego continuó por Roma, Madrid y París, con el objetivo de conseguir el respaldo de los países del Viejo Continente en las negociaciones que la Argentina encarará con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un nuevo programa de financiamiento y en la deuda con el Club de París.

Antes de partir con destino a Moscú, en el último tramo de la gira que inicialmente concluía en París, Guzmán se reunió con su par francés Bruno Le Marie y con el presidente del Club de París, Emmanuel Moulin.

«Seguimos edificando consensos sobre las relaciones de la Argentina con el FMI y el Club de París, uniendo esfuerzos por un multilateralismo más sano para el mundo», resumió el ministro argentino luego de ambos encuentros.

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El funcionario argentino mantuvo, durante su gira por Europa, encuentros con los ministros de Economía y Finanzas de Alemania, Italia, España y Francia, y obtuvo apoyo para avanzar en la renegociación del programa argentino con el FMI y la deuda con el Club de París, aunque no trascendieron detalles de las negociaciones políticas.

Realidad paralela

El viaje coincidió con una semana agitada para el oficialismo: la inflación de marzo difundida por el Indec, apenas por debajo del 5%, pasó apenas como una anécdota por la opinión pública en medio del show de la biopolítica que rodea al Covid y los manotazos de los gobiernos para intentar contenerlo.

En cualquier otro momento, esa calamitosa cifra que golpea al bolsillo de las familias argentinas hubiese sido tema excluyente y tapa de matutinos.

 

El tomate redondo aumentó el 36,8% en marzo. Los alimentos siguen al tope de la suba de precios.

El Gobierno parece no tener un plan antiinflacionario real más allá de mirar más fijo a los “formadores de precios” y mandar mayores controles, “exigir” a las empresas que produzcan “al máximo de su capacidad” y otras expresiones hacen dudar respecto a la capacidad de los funcionarios para ofrecer una solución real y no meramente paliativa al problema delos precios, especialmente a los que componen la canasta alimentaria.

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El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, pidió este sábado un «acompañamiento» del sector privado para sostener los precios y el abastecimiento de los alimentos, al remarcar que «las circunstancias» que se están viviendo «son muy difíciles», en tanto la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, destacó que las medidas adoptadas por el Gobierno son «para cuidar la mesa de los argentinos».

«El problema que vemos en el último tiempo tiene que ver con empresas que transforman productos: arman un paquete de galletitas con un gramo más de lo habitual y lo cobran el 50% más caro. Busquen la palabra que quieran, pero es una conducta reprochable y un engaño a los consumidores», subrayó el ministro.

Por su parte, Español consideró que «no es posible» que haya que «pagar el aceite de girasol, maíz, trigo, a precios internacionales», y subrayó que «eso no quiere decir que no se exporte sino que hay tomar medidas en la administración de las exportaciones para impulsarlas cada vez».

El Gobierno parece no registrar del todo que la economía tiene un grave problema de oferta más que de demanda actualmente.


Consultada sobre si está en estudio la posibilidad de subir las retenciones, Español dijo que «todo está en análisis» e insistió: «Nosotros necesitamos cuidar la mesa de los argentinos y esa vocación la tenemos en todo el Poder Ejecutivo».

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Asimismo, afirmó que «las exportaciones no se van a prohibir ni limitar siempre y cuando tengamos un buen cuidado del mercado interno», y aseguró que tiene «absoluto convencimiento que se puede hacer».

«Vamos a seguir trabajando con los acuerdos y monitoreando el mercado interno«, anticipó.

Punto y banca

El ministro Guzmán pareció sufrir en las últimas semanas lo que pareció el asedio del “fuego amigo”, en especial desde el sector “duro” del Frente de Todos, generalmente asociado con La Cámpora.

No obstante, este sábado el líder de ese partido, Máximo Kirchner, reapareció hablando de “pragmatismo” como una forma de gobernar que muy (probablemente demasiado) paulatinamente buscará mejorar las condiciones de vida de una sociedad con años de recesión en el lomo. Un gradualismo a la inversa del de Macri (al que tanto se apela como espejo negro) que podría terminar igual de mal. O peor.

Las tensiones internas con Guzmán probablemente se relacionan a la supuesta oposición del ministro a correrse de lo que marca el Presupuesto enviado y votado en el Congreso respecto al gasto y otras variables, algo que los azotes de la segunda ola decidieron rápidamente por él.

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En declaraciones radiales al periodista Roberto Navarro, el diputado nacional e hijo de la vicepresidenta sostuvo que el Estado nacional deberá ajustar su hoja de ruta a la realidad pandémica para asistir a los sectores vulnerables. Pero también justificó tácitamente la atención casi exclusiva del ministro al tema de la deuda, al referirse él también a ese tema como el excluyente para definir por parte de la política no solo presente sino también para los próximos años.

La inflación anual proyectada allí es del 29% y en los primeros 4 meses ya suma 13%. Ese detalle desautoriza al ministro hacia adentro de la coalición. A a su regreso de Europa se encontrará con la ampliación de la asistencia social ya decretada, no aún con instrumentos que resultaron útiles en 2020 como el IFE o el ATP, pero sí con gastos fuera de lo contemplado en la supuesta “guía” de Guzmán, que era el Presupuesto.

Soja, sudor y lágrimas

«Cualquiera que aspire a gobernar el país, llámese Alberto Fernández, Axel Kicillof, Sergio Massa, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri, Patricia Bullrich… qué se yo, cada uno tiene sus historias y piensa que puede, pero no voy a hacer juicio de valor, pero lo cierto es que si quienes eligen los argentinos como presidente quieren algo más que organizar partidos de fútbol en Olivos o andar en helicóptero, deberían estar muy atentos a tener un acuerdo serio con el Fondo Monetario Internacional«, sostuvo el jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados.

El legislador remarcó que de lo contrario se va a «estar eligiendo ya no un Presidente, porque la independencia económica argentina va a estar totalmente socavada».

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«Van a ser meros, si se quiere entre comillas, administradores de decisiones que se toman fuera de nuestro país, fuera de la Casa Rosada y fuera de los motivos por los que convocamos a los argentinos cada cuatro años a elegir quienes desean que muevan los destinos del país», agregó Máximo Kirchner.

En ese sentido, el referente del oficialismo explicó que «se trata de una cuestión muy práctica, pragmática», ante lo cual pidió al «sistema político» que se dé «un baño de realidad».

«Si la Argentina no se da a sí misma, su sistema político no se da un baño de realidad y en vez de querer arreglar los problemas rápido quiere patear la pelota para adelante los problemas… el lunes siempre llega», remarcó.

Y agregó: «´Vení el lunes, vení el lunes, vení el lunes´ y llega el lunes y 70 personas que te están esperando en la puerta. El lunes siempre llega. En este caso también, ´pateemos la deuda para adelante, no importa después vemos´. No es ´después vemos´, tiene que ser serio».

Ante ese análisis, el líder de La Cámpora añadió: «Entonces creo que nos debemos los argentinos y argentinas y en particular quienes nos ofrecemos a conducir los destinos del país desde diferentes lugares, una seriedad que amerita la situación«.