Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires – Transcurridos dos años años de la gestión de la Alianza Cambiemos, aparecieron los primeros chisporroteos entre la UCR y el PRO. Casi en el mismo momento comenzaron las disidencias internas entre las filas del centenario partido fundado por Leandro N. Alem. El congreso de los radicales en Villa Giardino preanunció la fractura entre dos visiones distintas de la política, en la que la Convención Nacional de la UCR y los miembros del radicalismo con cargos electivos o de gestión, terciaron para darle un protagonismo distinto a la UCR dentro de la coalición gobernante.

Tanto fue así que la formalización de las diferencias se hicieron sentir en la reunión que llevaron adelante las autoridades de la UCR en el Hotel Savoy de Buenos Aires, donde puntualizaron los temas en los que el Gobierno debía prestar mejor atención.

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El vicepresidente de la Unión Cívica Radical de Buenos Aires, y diputado nacional, Carlos Fernández, dialogó con Conclusión y ratificó la decisión de sus correligionarios «formar parte del proceso de toma de decisiones» y agregó que «en ese esquema los cargos son una cuestión menor y de carácter distractivo, ya que las decisiones se deben centrar sobre cuestiones estructurales».

«Pero también está claro que estamos discutiendo poder, y esto formará parte de ésta discusión. Por lo tanto el debate se debe dar en torno como se articula para que el radicalismo sea una parte importante de una coalición de Gobierno -no como hasta el presente- donde solo se funcionó como una coalición electoral, que se expresó en el ámbito parlamentario pero que no llegó a ser de gobierno porque hay decisiones tomadas previamente por el Ejecutivo Nacional».

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Preguntado sobre la crisis de la alianza en Córdoba, expresó que le «preocupaba mucho porque rompió a Cambiemos y al partido (radical)».

Para el legislador nacional, «hay que concretar un armado político distinto, en el que se nos escuche y permitan los aportes que estamos en condiciones de hacer a partir del desarrollo territorial de la UCR, la experiencia, los técnicos y otros aspectos que son parte y propios de la historia del radicalismo».

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Consultado que sucedería si el gobierno no da respuesta a esta iniciativa -que no es nueva- y desoyera a su socio político, el legislador respondió que «no se puede hablar de quiebre porque hay que ser prudente, hay que continuar pero con modificaciones. Además, mayoritariamente el radicalismo apoyará la continuidad de Cambiemos».

Sin embargo, el ex senador provincial admitió que el Gobierno nacional tuvo «errores y complicaciones muy severas y el resultado parece incierto».

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En relación al aval que tuvo la UCR de parte de las autoridades partidarias el parlamentario contó que «en una reunión a la que asistieron 50 convencionales de 70, da un claro mensaje y donde está la mayoría de la UCR».

La postura del tandilense no es nueva, como senador provincial en 2016 había reclamado sobre su espacio político dentro de Cambiemos y pidió por mayor participación.