“En los momentos de crisis se ve lo peor y lo mejor de la humanidad, lamentablemente siempre ha sido así y la pandemia nos vuelve a poner ante esa disyuntiva, y ni hablar en la materia económica y en materia de defensa del consumidor”, manifestó el especialista en la materia, Walter Gómez.

Durante una entrevista realizada por Radio Síntesis del diario digital Conclusión, Gómez expuso que “una estructura como la de Defensa del Consumidor para la zona sur de la provincia de Santa Fe es prácticamente insignificante, que viene haciendo lo que puede, como puede y encontrándose con una crisis de esta magnitud, teniendo que estar en todas las cuadras, en todas las esquinas, es imposible”.

 

“Por más que existan leyes, no se pueden aplicar porque no se tiene con quién aplicarla. Entonces se requiere de cada uno de los ciudadanos alguna acción positiva tendiente a denunciar el hecho, porque si no, hay que poner un gendarme del consumo en cada esquina y no se tiene”, añadió.

Enseguida señaló que “la política de comercio interior, como algo más amplio y dentro de la cual está la defensa del consumidor, necesita cuadros técnicos que entiendan de costos, de inspectores calificados para actuar no solo en el almacén de la esquina, sino actuar en el origen, donde se produce, donde se comercializa en gran cantidad y eso es lo que fue devastado durante años”.

Más adelante, el abogado del  Círculo de  Defensa  del Consumidor y del Usuario razonó: Cuando uno ve que la gente golpea una puerta, que tiene en seis meses una audiencia, que no existen los cuadros técnicos para atender, termina perdiendo la fe en la estructura, y abandonando los reclamos”. Es cuando se le dice a la gente “mire, defiéndase como pueda”.

“Y ahí te la agarrás con el Estado, con el empleado, pero detrás de eso hubo políticas para desarticular la organización estatal; esto pasó en Defensa del Consumidor pero pasó también en muchas otras áreas”, completó.

En tanto, amplió la mirada con un ejemplo a nivel nacional cuando explicó que con Precios Cuidados “con el tiempo fueron aprendiendo como actuar muchos profesionales y técnicos, se devastó esa estructura y se puso al zorro a cuidar el gallinero”.

“Obviamente, hoy de golpe tenés que salir nuevamente a explicar esto y te falta lo esencial, que era el personal que estaba capacitado para hacer eso”, consideró.

Consultado al respecto de su experiencia personal, Gómez dijo que entendió “que cuando el Estado se compromete con la gente, se pueden lograr resultados”.

“Y también vi, aunque no lo viví, cuando el Estado abandona ese rol y además gasta a los profesionales y a los equipos que terminan o yéndose o quedando dentro de la administración pero todos con una frustración muy grande”, expuso.

Así, se preguntó y después ofreció la respuesta: “¿Qué es lo que debe pasar? Debemos volver a inyectar confianza en los empleados y en la gente que pueda ser atendida y escuchada y que su reclamo no se transforme en un papel en una pila de mil papeles”.

En cuanto al nuevo gobierno provincial, dijo que “ojalá tome las riendas, le preste atención a la secretaría donde hay gente de trabajo, gente a la que le gusta lo que hace. Ojalá los respalde para que accionen, y respaldar es dotarla de herramientas y las herramientas son los recursos”.

“Cuando actuamos como consumidores padecemos los mismos problemas –amplió – ahí aparecen los intereses corporativos y empresariales para que la defensa del consumidor se reduzca a ver si anda el lavarropas o el televisor”.

Por consiguiente, Gómez reveló: “Estamos en un estado capitalista nos guste o no, y hay una situación de vulnerabilidad que requiere que haya una entidad por sobre el consumidor individual sentado detrás de una mesita tratando de comprar un vehículo”.

“Una secretaría que controle esa actividad que excede lo que podemos hacer nosotros como individuos y que además, pueda tener el poder para equilibrar esa situación, controlando y en algunos casos interviniendo para establecer el equilibrio entre un poderoso y un vulnerable”, finalizó.