Las ventas en los supermercados bajaron 12,6% en abril, en relación con igual mes de 2018, y en los centros de compra cayeron 22,9%, informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La baja en las ventas se extendió en abril también a los autoservicios mayoristas, que registraron en ese mes una contracción en las ventas del 12,9%.

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El organismo informó además que las ventas en los supermercados en abril estuvieron 6,4% por debajo de las de marzo y en los «shoppings» registraron una caída de 7,4%.

A finales de abril, y cuando la inflación minorista alcanzó al 3,7%, el Gobierno lanzó una serie de medidas para alentar el consumo tales como créditos a baja tasa para jubilados y beneficiarios de planes sociales, y una canasta de más de 60 productos denominada “Precios Esenciales“.

Durante el cuarto mes del año, las ventas en los supermercados a precios corrientes ascendieron a $ 49.672 millones, de los cuales el 34,5% se hizo en efectivo, 26,6% en Tarjeta de débito, 35,7% con Tarjeta de crédito, y el restante 3,3 % con “otros medios de pago”, informó el Indec.

Un dato clave que revela la actualidad del consumo y la falta de liquidez, es que el 45,5% de las ventas en los supermercados se realizaron con tarjetas de crédito, mientras que en los autoservicios mayoristas ese porcentaje trepa al 50,7%.

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En el Gobierno se aferraron en las últimas semanas a algunas variables que mostraron una leve suba en la medición intermensual, con la esperanza de llegar en una mejor situación económica a las elecciones presidenciales, pero todo indica que se debió más a factores estacionales que a verdaderas señales de reactivación económica.

El consumo es una de las variables más afectadas por la crisis. La recesión que atraviesa la economía ya lleva más de un año y no hay señales de un repunte. El poder adquisitivo, golpeado por la megadevaluación y en medio de una crisis fabril e industrial salvaje, impide el impulso del mercado interno.