La Cámara de Apelaciones de Nueva York dio a conocer este viernes los fundamentos del fallo a favor de la Argentina, que presta una aval a la decisión del juez Thomas Grisa de levantar las restricciones que pesaban contra la Argentina.

Entre los argumentos esgrimidos, se reconoció que los tenedores de bonos que no aceptaron la oferta argentina estarían facultados para recurrir a la justicia en defensa de sus intereses.

«Ahora que Argentina ha hecho importantes esfuerzos, aparentemente de buena fé, para resolver esta disputa de largo plazo, estamos de acuerdo en que el juez de primera instancia no abusó de su discreción al concluir que las órdenes han servido a sus propósitos», dijo la Corte de Apelaciones en un escrito de 21 páginas.

«Levantar el stay no obliga a los tenedores de bonos individuales a aceptar el acuerdo propuesto. La corte expresamente reconoce que no tiene el poder de forzar a los demandantes a forzar un acuerdo», resalta el escrito de la Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York.

En ese sentido, indicó que «los tenedores individuales son libres de continuar negociando, sin un stay, y pueden avanzar para proteger sus intereses aun por medio del litigio».

En otro tramo de los argumentos, los jueces destacaron el cambio de actidud de la Argentina para que se levanten las restricciones contra el país.

Existe «un cambio en las circunstancias» que la Corte de Distrito presidida por Griesa consideró al momento de levantar el stay, expresaron los jueves. «Estas circunstancias incluyen que Argentina ha demostrado voluntad de buena fe para negociar con los holdouts, la iniciativa de la administración de Macri para anular legislación que prohibía el pago a los tenedores de bonos y que un número de demandantes han alcanzado acuerdos en principio», subraya.

«El impacto del fallo del pasado miércoles fue inmediato y positivo; varios de los relativamente pocos holdouts se acercaron a Argentina y firmaron un acuerdo o están en activa negociación» para ello, incluyendo un grupo de bonistas individuales con unos 300 millones de dólares de bonos defaulteados y reclamos por 800 millones de dólares», afirmó en un comunicado.