La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC) ratificó hoy la decisión de cerrar, mediante altos aranceles, el ingreso de biodiésel argentino, y dejó al país fuera del mercado norteamericano por al menos cinco años.

La Comisión confirmó los derechos antidumping fijados por la Secretaría de Comercio de entre 60,44% al 86,41% de acuerdo con cada exportadora.

El mercado norteamericano quedó así completamente cerrado para el producto nacional por acusaciones de subsidios y dumping.

En tanto, fuentes del sector privado argentino indicaron que el tema del biodiésel estará en la agenda del encuentro que mantendrán el 14 del actual en Lima, en el marco de la Cumbre de las Américas, los presidentes Mauricio Macri y Donald Trump.

Ante esa decisión, la Cámara de Biocombustibles de la Argentina (CARBIO) rechazó por «injustificada e ilegal», la ratificación de los aranceles antidumping.

«La decisión del Gobierno norteamericano es injustificada y muestra una política proteccionista que no se encuentra acorde con lo establecido por la Organización Mundial de Comercio (OMC); las empresas argentinas no practicaron ventas desleales al mercado norteamericano bajo ninguna circunstancia», dijo el presidente de CARBIO, Luis Zubizarreta

Zubizarreta dijo que el biodiésel argentino es «el más competitivo del mundo, sin subsidios ni prácticas distorsivas, por lo que lamentamos que esta medida genere ineficiencia en el transporte norteamericano que deberá pagar más caro el biodiésel por haber eliminado la competencia».

CARBIO también subrayó su reconocimiento al gobierno argentino por el firme apoyo y las gestiones que ha realizado.

La entidad también expresó su convicción de que las medidas antidumping y compensatorias contra el gobierno argentino y la industria del biodiésel deben ser resueltas en la OMC.

En tanto, Gustavo Idígoras, director del Centro de Estudios del Sistema Agroalimentario (Ceagro) de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, consideró «frustrante la posición que tuvo los Estados Unidos de no buscar alternativas negociadoras» para evitar el cierre del mercado.

El año pasado, Estados Unidos había pedido modificar el esquema de retenciones a la soja y el biodiésel, que tributaba una tasa del 8%, contra 0,13% que tuvo parte de 2017.

Las sanciones contra el producto surgieron tras una denuncia en marzo de 2017 de parte de la National Biodiesel Board (NBB), que argumentó que las importaciones del biocombustible argentino perjudicaban a las industrias de Estados Unidos.

En 2016, las ventas del biodiésel argentino a ese mercado habían totalizado 1,5 millones de toneladas por casi US$ 1200 millones.

Mientras que en 2017, la reapertura del mercado de Europa permitió compensar parte de la pérdida del negocio norteamericano ya que el año cerró en un récord de 1,6 millones de toneladas exportadas a los destinos europeos.

A fines de febrero, el Departamento de Comercio del Gobierno norteamericano detalló que la Argentina importaba biodiésel subsidiado por un valor de entre el 60,44% y el 86,41% inferior al precio de mercado.

Ante esa situación, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dispuso que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos aplique aranceles con esas cantidades compensatorias al biodiésel proveniente de la Argentina y también de Indonesia

«La decisión es un alivio para los productores estadounidenses de biodiésel afectados por los efectos distorsionantes del mercado de los productos extranjeros», había indicado Ross, en un comunicado.

Foto: Imagen de una planta productora de biodiésel. Noticias Argentinas.