El presupuesto aprobado en la madrugada de este jueves traerá consigo consecuencias más que indeseables para la población, especialmente para los sectores sociales más postergados, entre ellos desocupados y trabajadores, y hasta a aquellos que transitan en los límites de la denominada clase media.

La medida impuesta al Gobierno (y ratificada por la mayoría de los legisladores) por el Fondo Monetario Internacional impactará con fuerza en las áreas de empleo, salud, educación y cultura, ciencia y técnica y seguridad social.

En el campo del empleo, se prevé que en el marco del aumento de las cifras de despidos el Estado se desentenderá de la contratación de trabajadores, sumado esto a los numerosos casos de retiros voluntarios y jubilaciones, las cifras de disminución de personal estarán en el orden del 2 %.

En tanto, el área de salud implicará solo el 0,8 % del Producto Interno Bruto, que además se verá reducido en un 5 % por influencia de la inflación, mientras que el recorte en el año estará en el orden del 18 %.

Si bien en educación y cultura se prevé una inversión de casi 230 millones de pesos, que supera a la de 2018 en algo más del 13 %, en el contexto inflacionario previsto, que rondará en el orden del 45 %, el número final será devastador ya que entre 2018 y 2019, el recorte estará en el orden del 40 %.

La ciencia y la técnica estarán frente a una situación similar ya que en estas áreas el aumento con respecto a 2018 es de alrededor del 30 %, que frente a una inflación que estará unos 15 puntos arriba la reducción finalmente estará en el orden del 10 %.

En tanto, el filo destemplado del cuchillo que recortará los fondos de la Anses parece que será el más brutal.

El castigo afectará directamente a los jubilados, como así también a quienes perciben asignaciones familiares y subsidios, ya que durante 2019 no se compensará la pérdida sufrida durante 2018 con el cálculo de actualización jubilatoria.

Se prevén también recortes a los beneficios para personas con discapacidad, mientras que las subas del 20,4 % a la Asignación Universal por Hijo y del 28,1 % a quienes reciban pensiones no contributivas quedarán definitivamente derrotadas frente a la inflación prevista.