Las variables macroeconómicas del país tuvieron un desempeño magro en 2018 a partir de la megadevaluación que derivó en la actual crisis de profundidad que atraviesa el país.

Si se observa la evolución del salario mínimo real, en dólares, de los últimos 10 años, el derrumbe que sufrieron los ingresos de la clase trabajadora en el año que pasó fue estrepitoso.

Los datos pueden apreciarse en un gráfico animado que difundió por la agencia de comunicación Indigrup.

Desde 2009, según muestra la línea temporal, Argentina estuvo bien posicionada, al tope de los ingresos salariales en la región hasta 2017, con altibajos, al pendular entre los 417 hasta los 525,22 dólares.

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Tan sólo un año después, en el inicio de 2019, el salario mínimo argentino (en moneda nacional 12.500 pesos a partir de junio) cayó abruptamente hasta terminar ubicándose en 277 dólares, detrás de Ecuador, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Perú.

El salario mínimo, vital y móvil (SMVM) establece el monto legal por debajo del que cualquier trabajador en relación de dependencia no puede caer.

Esa cifra, establecida por el Consejo del Salario (nuclea a representantes del Gobierno, gremios y entidades empresarias), no se traslada directamente a los sueldos sino que sirve de referencia para la negociación salarial.

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Hacia fines de 2015, el salario mínimo se ubicaba en $5.588, lo cual equivalía a 589 con el dólar a $9,50.

Argentina quedaba así en un holgado primer lugar respecto a los otros países del subcontinente. Le seguían Ecuador y Chile, donde el pago mínimo alcancaba los 354 y 352 dólares, respectivamente.

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Si bien hoy el SMVM se ubica en casi 12.500, la fuerte devaluación de más de 125% del último año, sumada a las anteriores devaluaciones de la era Macri, en especial la de 2016 («salida del cepo») también habían reducido la variable, sin llegar al derrumbe más reciente.