Las exportaciones argentinas a Brasil cayeron el 9,2 % y las importaciones crecieron el 5,8 % en marzo, así el comercio bilateral del mes de marzo alcanzó los 2.375 millones de dólares, lo que representa una caída del -1,8% respecto a igual mes de 2014.

Se trata de una variación mucho menor a las contracciones de cerca del 20% «que se vienen registrando hace más de un año», según un informe de la consultora «abeceb.com» en base a datos oficiales de Brasil.

Los autores del reporte señalaron que «esta caída se dio por una reducción de las exportaciones, compensadas levemente por las mayores compras a Brasil».

El comportamiento del comercio con el país vecino dejó como resultado una balanza deficitaria por -145 millones de dólares mientras que en el mismo mes del año anterior el resultado había levemente positivo por 35,3 millones de dólares.

En tanto, «el aumento de las importaciones es la primera variación positiva desde diciembre de 2013 y puede indicar un cambio de tendencia, con importaciones que comiencen a tener un acceso al mercado argentino con mayor dinámica que los productos locales en el mercado brasileño», dijeron.

La fuerte oscilación cambiaria puede comenzar a jugar un rol relevante en los flujos de comercio y en el primer trimestre del año, el comercio total se redujo un -15,7%.

Esto se explica por una caída «tanto de las compras como de las ventas, que se reducen un 13,6% y un 17,9 por ciento respectivamente».

De esta forma, el saldo acumulado para el año es de -368 millones de dólares, «arrojando un déficit mayor al registrado en igual período del 2014 (- 261 millones de dólares).

Con respecto a las ventas hacia el país vecino, la caída acumulada se puede asociar a una fuerte desaceleración de la economía brasileña que reduce la demanda de productos locales y a la doble pérdida de competitividad asociada al atraso del tipo de cambio real y la devaluación nominal de Brasil.

Cerca de un 65 por ciento de la caída se le puede atribuir a las menores exportaciones de la cadena automotriz (Automóviles y Autopartes).

También se destacan los menores envíos de Minerales y Químicos y en lo que va del año, las ventas a Brasil suman 2.703 millones de dólares y acumulan una caída de 18 por ciento.

Por otro lado, en el primer trimestre del año las adquisiciones desde Brasil se redujeron un -13,6% y alcanzaron la suma de 3.071 millones de dólares.

Algunos de los factores que influyen son las restricciones a las importaciones que aplica la Argentina, sumado a una industria local que se desacelera y como consecuencia requiere de menores compras externas.

«En este caso, la variación negativa también corresponde principalmente a las menores compras de autos y autopartes. También se destacan la contracción de las importaciones de metales y sus manufacturas y maquinaria agrícola», añadieron.

Así Las exportaciones de Argentina hacia Brasil durante el mes de marzo cayeron un -9,2% en relación al año anterior y alcanzaron un valor de 1.106 millones de dólares.

En términos de productos, se destacan las menores ventas de vehículos de carga, automóviles, autopartes, productos hortícolas, cebada en grano, insecticidas, motores para vehículos, entre otros productos.

Argentina se posiciona como el tercer proveedor del mercado brasileño, detrás de China (3.192 millones de dólares) y Estados Unidos (2.613 millones de dólares).

Las ventas argentinas a Brasil representaron 6,7% del total importado por este país durante el mes de marzo, 0,3 puntos porcentuales por debajo del alcance del mismo mes en 2014.

En tanto, las importaciones desde Brasil en el mes de marzo crecieron un 5,8% en relación al año 2014 con un valor de 1.251 millones de dólares.

Como resultado de ese comportamiento, Argentina se ubica en tercer lugar en términos de los principales compradores de productos del país vecino.

El primer y segundo puesto lo ocupan China (3.313 millones de dólares) y Estados Unidos (2.083 millones de dólares), respectivamente.

Durante marzo, las compras argentinas representaron un 7,4% de las ventas externas de Brasil.

Sur América necesita que Brasil reaccione

El analista, Nicolás Tereschuk, sostiene que «la presidenta Dilma Roussef necesita reavivar la economía brasileña, para la que esta semana se pronosticó oficialmente una caída en 2015» sino que es toda la región la que aguarda «por una reacción del gigante sudamericano».

A fin del mes pasado se conoció el desempeño para 2014 de la economía brasileña: una muy leve expansión del 0,1 por ciento, con lo que se concretó el peor resultado desde que Dilma Rousseff está al frente del país.

En la última etapa del año, el crecimiento, indicó el estudioso, fue «del 0,3 por ciento comparado con el trimestre anterior, pero significó una caída del 0,2 por ciento en la comparación interanual».

Al mismo tiempo, se conoció que el desempleo aumentó en febrero pasado hasta el 5,9 por ciento -la tasa más alta en dos años-. Y el Banco Central brasileño estimó que la economía se contraería un 0,5 por ciento en todo 2015.

En ese contexto, «los mercados» siguen jugando sus fichas y no confían en «lo que pueda ocurrir en los próximos meses: el banco BNP Paribas dio a conocer en las últimas horas un informe en el que señaló a sus clientes que la caída del producto en Brasil llegaría este año a 2 puntos porcentuales» reflejó Tereschuk.

Y señaló que la inflación «se ubicaría entre el 8 y el 9 por ciento anual, bien por encima de la meta fijada por la autoridad monetaria local».

A nadie le pasaron inadvertidos los ruidos políticos al interior del renovado gobierno brasileño, que quedaron en evidencia cuando el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, criticó el método de toma de decisiones de la Presidenta.

De fondo está el fuerte ajuste de las cuentas fiscales que Levy, un hombre «de los mercados» está tratando de poner en práctica.

El diario Folha de Sao Paulo señaló en las últimas horas que «si el recorte lleva a una cifra que va de los 70 a los 80 mil millones de reales, el sector «político» del gabinete de Rousseff teme que se «paralice» la acción de gobierno».

De todos modos, esos funcionarios más bien parecen resignados a la idea de la «austeridad» y esperan -de acuerdo a las versiones- que el recorte ronde los 60 mil millones de reales.

«Levy es muy importante para Brasil en la actualidad y él está firme» en su puesto, le dijo Rousseff a la agencia internacional Bloomberg esta semana.

En esa nota, la jefa de Estado aseguró que hará «lo que haya que hacer» para mejorar las cuentas públicas del país y prometió que cuando Río de Janeiro sea el año próximo sede de los Juegos Olímpicos, el país estará en «otro nivel».

De más está decir que las turbulencias que atraviesa el gigante sudamericano son datos clave para el resto de los integrantes de la región.

Tereschuk, se interroga: «¿se decidirá Brasil a convertirse en la verdadera locomotora regional?  ¿O seguirá encorsetado entre las presiones de los mercados financieros globales?»

Para que Sudamérica pase a otro nivel y pueda jugar su suerte a un nuevo tipo de integración económica que agregue más valor a los productos primarios, esta es una pregunta que más pronto que tarde  deberá ser respondida.