Una evaluación económica considera que exportaciones diversificadas y de alto valor agregado son aún una asignatura pendiente para la Argentina.

Entre otros beneficios, las exportaciones contribuyen a alcanzar el equilibrio de las cuentas externas e internas, al crecimiento de la economía de la mano de la innovación y la eficiencia productiva, y a la creación de un entorno competitivo en los mercados domésticos.

Así lo indicó el IARAF, Instituto Argentino de Análisis Fiscal que dirige el economista Nadín Argañaraz, y el análisis señaló que «pese a esta convicción, la economía argentina viene protagonizando desde el año 2011 un proceso de reducción del valor de sus envíos al exterior».

Se trata de un fenómeno que a su vez ha estado acompañado de una concentración de la canasta de exportables en torno a productos agropecuarios.

«Esto enciende una señal de alerta si se tiene en cuenta que los precios internacionales tienden a ser altamente volátiles y que en particular los vinculados al sector agropecuario se encuentran actualmente en una fase descendente», se dijo.

En el informe económico del IARAF que también realizaron María Cecilia Avramovich y María Cecilia Caballero se transita el «fin de la etapa pujante de exportaciones».

Así «en la última década las exportaciones argentinas de bienes observaron dos períodos de performance bien diferenciados.

El primero comprendido entre los años 2005-11 se caracterizó por ser tendencialmente creciente, incluso con posterioridad al año de crisis internacional 2009».

«El año 2011 representó el fin de esta etapa de auge de exportaciones argentinas, iniciándose un proceso de reducción de ventas al exterior que perdura hasta la actualidad», precisaron.

Los especialistas señalaron que «durante este período los precios internacionales se mantuvieron relativamente estables hasta 2013, con una fuerte caída del 20% entre 2013 y 2014».

«A este factor perjudicial para el comercio internacional del país se sumó un proceso de contracción del volumen de exportaciones argentinas, que significó una reducción de las mismas en un 13% entre 2011 y 2014», expresaron.

Con respecto a la composición de las exportaciones, los exportables relacionados al sector agropecuario, productos primarios y manufacturas de origen agropecuario (MOA) han concentrado históricamente más de la mitad de las exportaciones argentinas.

Sin embargo, en los últimos años esta concentración de exportaciones en torno a productos de (relativo) bajo valor agregado se ha intensificado.

«En efecto, entre 2005 y 2014 estos productos incrementaron en ocho puntos porcentuales su participación en el total de exportaciones, representando a 2014 más del 60% del total de exportaciones argentinas», manifestaron.

Como contrapartida, las exportaciones de combustible y energía fueron las que observaron mayor disminución de importancia relativa, la que se redujo en más de la mitad.

Las manufacturas de origen industrial (MOI), por su parte,  incrementaron su participación en el total de exportaciones en tan solo tres puntos porcentuales entre 2005 y 2014.

«Esta moderada variación pone en jaque el éxito de la política comercial exterior de los últimos años, orientada a revertir la dependencia de las exportaciones argentinas sobre exportables de origen agropecuario; y evidencia como asignatura aún pendiente la incorporación de mayor valor agregado en la
matriz exportadora argentina», sostuvo el reporte.

Además señaló que «la vulnerabilidad de las exportaciones argentinas se vuelve aún más inquietante si se tiene en cuenta que éstas se concentran cada vez más en los rubros con mayor volatilidad de precio».