Argentina volvió a importar gas de Bolivia, aún hay retrasos con la Reversión Gasoducto Norte
El lunes pasado el Gobierno inauguró las obras para reemplazar esas importaciones con gas de Vaca Muerta pero este martes se retomaron las concesiones debido a retrasos en infraestructura de transporte.
La Argentina volvió a importar gas natural desde Bolivia para abastecer a siete provincias del norte, a pesar de que hace 10 días el Gobierno inauguró la obra deReversión del Gasoducto Norte.
Esta reactivación de importaciones, según el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), citado por el medio argentino, responde a la necesidad de complementar el suministro de gas y asegurar la demanda en el norte argentino hasta que la conexión Mercedes-Cardales esté operativa, permitiendo así el flujo completo desde el yacimiento argentino.
El organismo regulador informó el ingreso de 1,9 millones de metros cúbicos provenientes de Bolivia. El martes de esta semana ya habían ingresado despachos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) por 1,5 millones de metros cúbicos día, al igual que el miércoles. Las importaciones de gas natural desde el país vecino se habían interrumpido a mediados de septiembre. Para esa fecha, estaba por finalizar el contrato que comenzó en 2006 durante las presidencias de Néstor Kirchner y Evo Morales.
Por otra parte, el Gobierno inauguró el lunes 4 de noviembre en Córdoba la Reversión del Gasoducto Norte, una obra que es clave para transportar el gas natural de Vaca Muerta a las provincias del norte argentino. La obra también es importante para sustituir importaciones por el equivalente a USD 1.000 millones. El ducto norteño es la única obra con financiamiento público que sobrevivió al cambio de gestión. Había sido impulsada por el exministro de Economía, Sergio Massa, y fue continuada, con demoras, por la actual gestión.
Se estima que el Gasoducto Norte aportará 5 millones de metros cúbicos diarios de gas y existe la posibilidad de ampliarlo a otros cuatro millones en una segunda etapa. La reversión inaugurada el 4 de noviembre demandó una inversión de USD 713 millones, de los cuales unos USD 530 millones fueron financiados por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).