Para los ciudadanos argentinos no es novedad vivir, desde hace por lo menos un año, en un país en crisis; pero algunos indicadores internacionales muestran la crudeza y profundidad de la recesión y su impacto en la economía local, especialmente en comparación con el resto del mundo.

Según un informe de la Unidad de Inteligencia de la publicación inglesa The Economist, que coincide con un relevamiento similar elaborado por Bloomberg, Argentina es el país “más miserable” del último año (sacando a Venezuela, sumido en una crisis política y humanitaria sin parangón).

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Estos ránkings son elaborados en base a los datos de 2018 referentes a dos variables macroeconómicas clave: la tasa de inflación y el índice de desocupación. En tercer lugar se encuentra Irán, seguido por Brazil, que también tuvo un muy mal año en el inicio de la gestión de Jair Bolsonaro.

Más atrás se ubican: Turquía, Nigeria, Sudáfrica, Bosnia y Herzegovina, Egipto, Ucrania, Nicaragua, Jordania y Uruguay, que fue en gran parte arrastrado por la crisis argentina.

Fuente: Bloomberg Misery Index.

En el país, con la megadevaluación iniciada con las corridas cambiarias de abril del año pasado, el peso argentino ya se depreció alrededor de un 125% en doce meses, lo que disparó el aumento general de precios: en ese lapso ya acumula más 50%, número que sube si se toman en cuenta elementos de primera necesidad, como los alimentos, lo cual impacta en las cifras de pobreza, también en alza.

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En tanto, para intentar contener la suba de precios y de la cotización del dólar, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), a instancias del Fondo Monetario Internacional (FMI) (prestamista de última instancia que ofició el salvataje financiero al gobierno en las horas más aciagas de su gobierno), aplica tasas de interés por encima del 70%, lo cual sumió al país en una brutal recesión y viene haciendo estragos en casi todo el entramado industrial.

Esto elevó al borde de los dos dígitos las cifras de desempleo en el promedio del territorio nacional, límite superado en algunos centros urbanos como Rosario, Mar del Plata o el conurbano bonaerense. Según datos oficiales, en 2018 casi 400 mil personas perdieron su trabajo.

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Por otra parte, en 2019, año electoral, los números no repuntan y crece la preocupación en el Gobierno. La inflación en el primer trimestre del año ya es de casi el 12%. Los números de actividad económica demuestran que la recesión aún perdura lo que hace prever que el desempleo y la pobreza continuarán en alza.