El economista Rodrigo Álvarez pronosticó un año «caliente» para el sector financiero y «frío» en el caso de la economía real, al sostener que los inversores van a tomar posiciones «con vistas a un cambio de ciclo político».

«Vamos a tener un año bueno y caliente en lo financiero, pero lamentablemente no se espera lo mismo para la economía real, para la que tendremos un año frío», señaló el economista, director de la consultora Analítica.

Para Álvarez, las perspectivas del año apuntan a una «actividad económica con estancamiento, más tirando a un resultado negativo» en el indicador del Producto Bruto.

Por otro lado, explicó que la política de «cuidados de reservas del Banco Central, lamentablemente también achica la disponibilidad de dólares y eso va a perjudicar la posibilidad de crecimiento de algunas actividades, especialmente las industriales».

El economista advirtió que la actual situación de Brasil «va a golpear doblemente a la Argentina, por la devaluación del real y por su estancamiento económico no traccionara importaciones desde  nuestro país y además Argentina también va a dejar de ser competitiva frente al mercado brasilero».

Estimó que la inflación en este año «se situará entre el 25 y el 30 por ciento», a pesar que de con la política cambiaria se esta haciendo todo lo posible para desacelerarla en el corto plazo.

El director de la consultora Analítica señaló que «el actual contexto de liquidez internacional hace que los inversores comiencen a tomar posiciones en activos argentinos, en una especie de toma de posición ante las buenas perspectivas de cambio del ciclo político», al referirse a las próximas elecciones.

Con esos datos, proyectó que «va a ser un año muy bueno para la bolsa y el mercado de capitales, donde ya se ve un aumento de los activos argentinos porque los inversores ya se están anticipando a esos cambios».

«A diferencia del año pasado, con la devaluación de enero, después de un diciembre problemático y mucha preocupación económica, este año tenemos un mejor comienzo con una política cambiaria que en el corto plazo busca desacelerar la inflación», explicó.