El escenario actual de deuda pública «deberá ser abordado de inmediato» por el presidente electo Alberto Fernández, ya que los vencimientos de 2020, en las condiciones actuales de la economía, «no serían financiables», advirtió hoy un informe de la consultora PwC.

Según ese trabajo, denominado «La compleja situación de deuda del Estado argentino», mientras el país no logre resolver este tema, «el sector privado se encontrará muy restringido en su acceso a financiamiento o, de hacerlo, su costo será muy alto, limitando las posibilidades de inversión y recuperación de la economía».

De acuerdo con datos oficiales, la Argentina enfrenta un ratio Deuda-PBI del 80%, y deberá hacer frente en 2020 a pagos de capital por US$ 48.868 millones y otros US$ 14.838 millones en concepto de intereses.

Aproximadamente el 43% de los títulos emitidos está en manos de tenedores privados, mientras que el 37% en agencias del sector público y el restante 20% con organismos bilaterales y multilaterales.

Asimismo, el 55% se encuentra bajo legislación argentina y el 45% restante, bajo legislación extranjera.

Para PwC, «el problema más urgente» a resolver por el próximo Gobierno se encuentra en el flujo de vencimiento de los pagos de interés y capital de 2020: durante el primer trimestre se concentran pagos por 4% del PBI, mientras que en el segundo trimestre trepan al 6%.

Así, los vencimientos en 2020 son abultados, pero sin embargo, en los dos años venideros, 2021 y 2022, «se verán incrementados sustancialmente», principalmente en 2022 por el vencimiento de la segunda cuota del préstamo con el FMI, alertó la consultora.

En ese sentido, añadió que los pagos de deuda en 2021, 2022 y 2023 se encuentran entre el 8% y el 9% del PBI en dólares, «con lo cual, aunque fuera factible obtener un superávit fiscal en los años venideros, sea porque se aumenten los impuestos o se ajuste parcialmente el gasto, no alcanzaría los niveles requeridos para repagar los flujos de deuda sin ningún tipo de ajuste, como lo fue en el caso uruguayo».

La situación de estancamiento económico con elevada inflación de los últimos dos años, ha imposibilitado -indicó el reporte distribuido a la prensa- «la generación de recursos para el repago de los vencimientos de deuda, todo lo cual ha hecho que Argentina pierda la confianza para lograr el roll over de los vencimientos de capital, volviendo impagable el flujo de compromisos en el corto plazo».

La consultora consideró que una alternativa con el FMI sería convertir el programa actual en un Acuerdo de Facilidades Ampliadas, sin quita de capital, que podría extender el plazo de repago hasta diez años.

Pero aclaró que, en este caso, lo que debería negociar el nuevo Gobierno con el organismo serían las «condicionalidades» que tendría el nuevo acuerdo, «ya que este tipo de programas tiene como objetivo que el país en cuestión lleve adelante reformas de carácter estructural para abordar las debilidades institucionales o económica».