A pesar del fenómeno Vaca Muerta, Mauricio Macri entregó el gobierno con una producción de petróleo menor a la que recibió. Según los últimos datos de la secretaría de Energía, el 2019 cerró con un volumen total de 29.516.090 m3. Es decir, un 4,5% menos que los 30.897.618 m3 reportados en 2015.

El desagregado refleja una clara diferencia entre la fuerte caída del convencional con el repunte del shale, que sólo en el último año avanzó un 50%. Este desempeño se manifiesta en los números de las provincias petroleras, que a excepción de Neuquén, sufrieron un importante desplome.

La producción de Chubut cayó un 6,07%, la de Santa Cruz lo hizo un 22,06%, la de Mendoza un 11,6% y la de Rio Negro un 16,7%. Por el contrario, gracias al boom del no convencional en Vaca Muerta, la producción de Neuquén subió un 30,2%.

A su vez, las cifras muestran el cambio de estrategia de la política petrolera macrista, que en un principio apostó al gas al igual que la gestión Galuccio en tiempos de Cristina Kirchner, pero posteriormente recortó los subsidios que sustentaban esta jugada.

La Resolución 46 fijaba un precio de 7,50 dólares el millón de BTU para el año 2018, 7 dólares para el 2019, 6,50 para el 2020 y 6 dólares para el 2021, es decir, valores muy por encima de los 2,5 dólares que se pagan en los Estados Unidos y que en los últimos meses comenzaron a regir en el mercado local.

Eso derivó en un crecimiento notable de la inversión en proyectos gasíferos, que permitieron un salto de la producción del 15% en estos cuatro años, principalmente a partir del mega yacimiento Fortín de Piedra de Tecpetrol, que le permitió a la petrolera de Paolo Rocca aumentar sus volúmenes en un 367%.

Cuando Macri recorta los beneficios al gas a pedido del FMI, la curva de crecimiento del fluido empieza a disminuir y las inversiones del sector se vuelcan al petróleo, que en los primeros dos años había caído un 9,9%.

De esta manera, el crecimiento de los últimos dos años de Macri en la ventana de crudo permitió amortiguar la merma al 4,5% mencionado y quebró una racha de 16 años a la baja.

«El balance de estos años muestra claroscuros. El haber alentado el no convencional fue positivo, pero se podría haber hecho mucho más por el convencional que sigue siendo el de participación ampliamente mayoritaria. Además, el hecho de haber chocado la macroeconomía te anula todas las buenas intenciones», afirmó el especialista energético Andres Di Pelino.

«Me parece que Macri quiso, pero no supo o no pudo manejar el tema hidrocarburos. Es lógico, se necesitaba un ministro o secretario que supiera del Upstream para manejar eso y nunca lo hubo», agregó a LPO el consultor senior de mercados energéticos y director de la carrera de especialización de petróleo y derivados de la UBA, Eduardo José Fernández.

Fuente: lapoliticaonline.com