El secretario de Trabajo de la Nación, Ezequiel Sabor, declaró esta tarde que descree que las centrales sindicales vayan a decretar un paro general de actividades a raíz de la decisión del presidente Mauricio Macri de vetar la ley antidespidos.

En su opinión, piensa que «a lo mejor puede que haya una medida de fuerza de algún sector gremial», pero no cree que se convoque a un paro. En declaraciones radiales, Sabor afirmó que el veto a la emergencia ocupacional «no fue un error», argumentando que «el Presidente tiene una gran obsesión por crear trabajo y que vengan inversiones a la Argentina».

Además, el secretario aseguró que basa sus declaraciones en «información que maneja» la administración nacional, sin desconocer el encuentro que tuvieron los líderes sindicales en el desarrollo de la segunda jornada de la llamada Semana Social de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social.

«Hay algunos que obviamente quieren sangre. Los podemos entender, pero eso no significa que convoquemos a un paro porque se vetó una ley. Si paramos, será porque continúan los despidos», dijo a Télam uno de los voceros de Hugo Moyano, que en Mar del Plata buscó despegarse del lenguaje combativo de las dos CTA, que reclaman un paro o una movilización a gran escala.

«Muchachos, yo entiendo la presión que deben estar sintiendo de sus bases, pero nosotros estamos en otra situación», dicen que dijo Moyano al estatal Pablo Micheli y al docente Hugo Yasky.

También talló en esa discusión el jefe de la CGT Alsina, Antonio Caló, que a su turno se dirigió a Micheli y Yasky, que «no sé cómo será en el Estado, pero a mi gente le descuentan los días de paro».

Al vetar la iniciativa, Macri consideró sobre la ley antidespidos: «Su aplicación congelará los empleos, mantendrá en la misma situación a los miles de argentinos que hoy trabajan en la informalidad e incrementará la pobreza, como sucedió en los últimos años».