No hace falta que llegue fin de año para hacer balances, pero el calendario suele ser un buen ordenador para analizar lo acontecido en un determinado período, por lo menos en la escena política.

Sin dudas, el diputado nacional Luis Contigiani fue una de las figuras santafesinas que más trascendencia tuvo en este 2018 en el Congreso nacional, en especial a partir de su posición respecto al debate por la despenalización del aborto, contraria a la postura histórica del Partido Socialista, al cual representaba en la Cámara baja hasta el momento en que se inició esa discusión y con cuyos dirigentes quedó «todo mal» después de la controversia.

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Como bien señala el radical oriundo de Arequito, fue un año «intenso», al menos en términos de volumen político, más allá de que estadísticamente figurará como un período con baja cantidad de leyes aprobadas (y seguramente a medida que se acerquen las elecciones se aprobarán menos aún), ya que varias discusiones giraron en torno a lo parlamentario, muchas veces señalado como «alejado de la sociedad».

Aún cuando faltan un par de sesiones extraordinarias para culminar la labor legislativa del año, este viernes Contigiani estuvo en Rosario participando del «Taller de liderazgo político», realizado en el Colegio Cristo Rey y en la previa habló con Conclusión sobre estas discusiones, la actualidad y futuro del entramado industrial santafesino, que conoce bien por su pasado en el ministerio de Producción provincial, y hasta de las chances de competir en alguna de las categorías que se disputan en 2019, ya lejos del Frente Progresista y dentro de un armado que comienza a tomar forma con pequeños y medianos empresarios y otros sectores de la arena política local.

– ¿Qué balance hace de su primer año como diputado en el Congreso de la Nación?

– Hemos protagonizado grandes debates. Fue un año parlamantario, dicen algunos, de poca producción si lo plantean en cantidad de leyes aprobadas, pero mas allá del número, creo que es importante la capacidad de movimiento y debate que el Congreso generó. Lo viví intensamente, como creo que lo vivió la sociedad. A finales del año pasado fue el debate de la reforma jubilatoria, que movilizó a todo un país, le siguió el debate por tema tarifas, que ha impactado a tanta gente, el Congreso pudo ser receptor de esa problemática y encontrar una salida que terminó en siendo vetada por el presidente. Pasamos nada más y nada menos que el debate del aborto que movilizó a toda la sociedad y el país estuvo pendiente, si a eso le sumamos los dos presupuestos, 2018 y 2019 que también generaron grandes movimientos sociales y políticos, hubo además debates que tienen que ver con lo económico y lo social, un gran avance como fue, por ejemplo, la ley para el registro y entrega de células y escrituras en barrios populares urbanos, en las grandes ciudades. Todo esto capto la atención de la gente y generó debates que la gente estaba esperando, allí optó por un lado u otro, pero lo de los números parlamentarios es relativo. Vi que el Congreso fue un escenario que atrajo a la sociedad, su atención, participación y movimiento.

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– Entre esos debates estuvo el del aborto, y a ese le siguió una polémica, que se replicó con una ordenanza, por ejemplo, del Concejo Municipal de Rosario, por la ‘separación de la Iglesia del Estado’… ¿Considera que es un debate anacrónico o necesario?

– Está impulsado por una agenda cultural mediática donde se plantea un debate falso..¿por qué digo falso? La separación del Estado y la Iglesia es algo que está superado, la propia Iglesia lo planteó y plantea como una necesidad. El cristianismo mismo, no nace como una religión, sino como una crítica a las religiones oficiales, en sus orígenes hay casi ya planteada una separación entre Estado y religión. Lo último que los ligaba en un tema constitucional eran los fondos económicos de asistencia, que la propia Comisión Episcopal Argentino ha anunciado un acuerdo para el renunciamiento económico progresivo. Son debates culturales falsos que no aportan nada porque ya han sido superados, en todo caso hay que tener cuidado de que expresen otra cosa: cierto totalitarismo cultural, el querer arrinconar a las dimensiones de la fe en los aspectos individuales y privados de las personas, como si el cristianismo no tuviera nada que aportar en temas de igualdad, de justicia social, de libertad. El cristianismo hizo un gran aporte a la humanidad que nadie puede negar; por ejemplo la idea de hombre como imagen y semejanza de Dios. Negarle ese aporte es peligroso, no es justo.

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– ¿Qué puede esperarse económicamente para Santa Fe el año que viene, luego de este 2018 magro, teniendo en cuenta la gran diversidad productiva de la provincia?

– Hay varios motores económicos en Santa Fe, el agro-exportador es uno, la economía regional otro, y todo lo que es sector industrial y comercial de mercado interno es otro, más servicios. Todo sector económico y social que dependa del consumo, del poder adquisitivo, la está pasando muy mal, pymes industriales a las que le aumentan los costos de producción y no pueden vender, sectores comerciales a los que se les incrementan los costos estructurales y caen ventas, la perdida de poder adquisitivo de los salarios, jubilados, el achicamiento del mercado interno está impactando muy fuerte, lo vemos en el aumento de la pobreza e indigencia en Aargentina, un verdadero escándalo moral. El sector agro-exportador ha sido en algún punto beneficiado por medidas, y si bien Santa Fe tiene un perfil agro-exportador por excelencia, muy importante, con un cordón portuario que interactúa con el mundo, eso tracciona muy poco en términos de masividad y cantidad de beneficios a personas, con ese solo motor no desarrollamos la provincia, es importante si, pero también el mercado interno y pymes industriales.

– ¿Está dialogando con pequeños y medianos empresarios y gente de otros sectores para algún tipo de armado electoral?

– Estamos dialogando con muchas personas y sectores, es la obligación de todo dirigente político y militante, tenemos tiempo hasta febrero para definir si todos esos diálogos se transforman en opciones electorales, veremos.

– ¿Quiere ser candidato o cumplir su mandato como diputado?

– Yo estoy abierto al compromiso, es la obligación de todo militante, lo asumo como una pasión. Veremos si se dan las condiciones para poder ser candidato en alguna propuesta que le sirva a los santafesinos, sin dejar de cumplir mi rol de diputado nacional.